No entendía como había sucedido aquello... Mentiras.
Él sabía exactamente qué había ocurrido, ni si quiera faltaban los detalles de aquello. Lo sabía muy bien y su sangre le hervía cuando rememoraba aquellas palabras que le dijeron.
—Está muerta
Sus puños se apretaban con fuerza, al punto de que sus uñas se le incrustaban en la piel y lo hacían sangrar. Pero eso no le importaba, porque eso no se comparaba con el dolor que sentía en su alma por aquella pérdida de esa niña.
Se lamentaba de muchas cosas, tantas que ni si quiera podía contarlas con los dedos de ambas manos. Aunque sabía con exactitud que no se puede lamentar, pues ya había ocurrido lo inevitable.
Aquella sonrisa que ella siempre le dedicaba con muchos sentimientos mientras que él solo se mantenía estoico a lo que ella le hacía. Aquella mirada llena de ternura mientras que él la miraba sin ninguna emoción. Aquellas manos suaves que siempre le acariciaban su cabello revoltoso mientras que él solo lo disfrutaba.
Se habían desvanecido para siempre.
Así como ella apareció en su vida, así fue como ella se fue.
Rápido. Muy rápido para su gusto. Demasiado rápido para poder asimilarlo.
Porque en un momento ella andaba cortando flores y al otro andaba destrozada en el suelo toda ensangrentada.
Y él no pudo hacer nada por salvarla, porque no andaba en esos momentos, estaba lejos. Ni si quiera su velocidad de Caballero Dorado le dejaría llegar a donde ella yacía muerta.
Todos los días lo recordaba, como el Caballero de Libra le confirmó la muerte de la pequeña Santa de Dragón, aquél caballero que solo se echó a llorar amargamente por la muerte de su hermanita. Él solo observó estoico, no creyéndole por un instante. Pero todo le empezaba hacer sentido al no verla a su regreso, como ella siempre hacía cuando él regresaba de alguna misión.
Porque ella siempre lo esperaba con una sonrisa entre sus labios y ahora solo el fantasma de los recuerdos lo esperaba con amargura en el Santuario.
Se arrepiente bastante, mucho. Porque nunca pudo decirle como en realidad él se sentía acerca de ella, porque nunca pudo esclarecerle esos sentimientos que tenía durmiendo en su corazón.
Ahora se los tendrá que callar para siempre, todo porque nunca se atrevió a decirlo.
Esperar a ver si los dioses eran tan misericordiosos con él para, si es que fuera verdad, encontrarse con esa niña en los Campos Elíseos.
Pero sabe que se tardará en conseguir a llegar ahí.
Pero la muerte es eterna y él solo cuenta con poder encontrarla de nuevo para así salir de esa amargura que se lo comía.
Porque era ella la clave para quitarle su amargura perene y esa llave estaba escondida en algún lugar de los campos.
ESTÁS LEYENDO
Amargura
FanficAl darse cuenta de sus sentimientos a ella ya era muy tarde. El Santo Dorado de Capricornio sabía que el amor era cuestión de un abrir y cerrar de ojos, pero no pensó que lo llegaría a vivir. {El Cid x FC}