Yo sin nosotros...

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2 años despues ...


Brooklyn

Me despierto como siempre a las siete. No necesito levantarme tan temprano ya que entro a la galería hasta las diez pero me gusta correr un poco hacer ejercicio y luego desayunar con tiempo. Hoy hace exactamente dos años desde que Dániel desapareció literalmente de mi vida.

Kimberley y Jonathan son muy dulces y amables conmigo cada vez que nos vemos pero el silencio se adueñaba del momento cada vez que preguntaba sobre Dániel y simplemente deje de preguntar. Sin embargo lo siento conmigo.Es estúpido pero lo siento, lo siento cerca de mí como si no me hubiera dejado sola pero es así. Lo siento pero no está, como la presencia de un fantasma que no puedes ver pero que puedes sentir.

Durante mis últimos dos cumpleaños me llegaron dos regalos. En el primero unas 19 rosas una por cada año y en el segundo una pulsera bellísima con 20 diamantes. Cuando recibí mi título en bellas artes los Van Grey me hicieron una preciosa fiesta y me regalaron el apartamento donde vivo y un auto. Me pareció excesivo pero los acepte para no decepcionarlos. Pienso en Dániel cada día sin falta, aun cuando parezco estar distraída mi mente traicionera viaja hacia él. He tenido muchas invitaciones en estos dos años pero jamás acepte salir con nadie. Sentía que lo traicionaba aunque no tuviera la menor idea de en donde estaba ni que había sido de su vida. Llego de correr y Stefan me espera con el desayuno en la mesa de la cocina

_ Buenos días preciosa_: me dice y me besa en la mejilla.

_ Buenos días corazón_ le digo y nos sentamos a desayunar. Stefan es mi mejor amigo, nos conocimos en el segundo año del campus cuando Dániel ya se había ido. Conoce toda nuestra historia y es mi incondicional. El es homosexual y hace un año atrás se lo confesó a sus padres y ellos lo echaron de su casa y lo desconocieron. Al principio se quedo en un hotel pero después le ofrecí el cuarto vacio de mi departamento. Después de eso empezó a trabajar en la galería conmigo porque tiene un excelente ojo para diagramar las exposiciones. El muchas veces fue mi contención en las noches en las que yo estaba quebrada extrañando a Dániel. Me abrazaba y me dejaba llorar sin juzgarme. Otros me decían que lo olvidara y que siguiera con mi vida pero yo era incapaz de hacerlo. Dániel me prometió volver y yo lo esperaría.

Me vestí y fuimos a la galería. En una semana inauguraríamos una gran exposición de fotografías de un artista en alza. Román Verkov se había hecho famoso en redes sociales y luego fue contratado por revistas de moda, esta era su primera exposición donde mostraba su trabajo personal. Se trataba de rostros de mujeres reflejando diferentes emociones. Mientras preparaba el trabajo una tarde me encontró en el balcón llorando. Tomo su cámara y si decirme nada enfoco y disparo. El dolor en mi mirada me sorprendió a mi misma y cuando me pidió permiso para exponerla en la galería no pude decirle que no. Me sentía excitada porque era mi primera exposición grande, vendrían 300 personas del mundo artístico y del espectáculo además de revistas y periodistas de medios importantes. Stefan me había ayudado y apoyado en todo el proceso era como el hermano que nunca tuve.

Cada día despertaba esperando una noticia de Dániel. Cada noche me dormir llorando porque no había sabido nada. Pensaba que nuestro reencuentro iba a ser hermoso, emocionante y apasionado. Nunca imagine cuanto estaba equivocando.

Dániel.

Tiro las fotografías en mi escritorio y estoy ardiendo de furia. Ella abrazada con otro, ella en la cama abrazada con otro hombre. El viviendo en su departamento, el que compre para ella. El trabajando con ella. Haciéndola reír, cenando con ella. Durmiendo con ella. No pudo esperarme. Le jure que volvería, le dije que la haría mi esposa. Le suplique que me esperara y le deje todas las pistas posibles de que yo siempre estaba pendiente de ella aun en la distancia y se refugió en brazos de otro hombre. Siempre pensé que nuestro reencuentro seria apasionado, lleno de amor. Pero no... ella me había traicionado y Dániel Van grey no perdona una traición ni si quiera de la mujer de mi vida.

Estos dos años me habían convertido en un hombre duro. Despiadado se hacía falta. Y ella fue mi motor. Ella fue mi luz al final del camino. Una luz traicionera que había entregado su cuerpo a otro. Ya no era el adolecente que había dejado atrás. Era un hombre poderoso con miles de personas bajo mi mando. Con conexiones en todas partes. Un hombre que se había mantenido fiel a su promesa. Un hombre que se había mantenido fiel a la mujer que lo traiciono.

Brooklyn Jones pagaría con lagrimas de sangre cada una de las mías derramadas.


Brooklyn baby...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora