Everything Did Change

2.6K 146 54
                                    

Bueno, como algunos de ustedes sabran, esta historia la publiqué hace un año, exactamente hace un año el 7 de este mes, y pues se me ocurrió darle una pequeña segunda parte, la cual es muy parecida a la primera pero yOLO LA AMARAN YO SE QUE SI. Asi que, disfruten esta "secuela" 7u7

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Nico di Angelo estaba parado en frente del escaparate, viendo los regalos navideños que vendían en esa tienda. Mañana, 24 de diciembre, él y Will cumplían un año de ser novios, y quería regalarle un presente a su amado debido a su aniversario. Aunque seria más fácil si tuviera una idea de qué, pensó.

En ese momento, una pareja iba saliendo por la puerta al lado de él, junto con una niña pequeña que iba saltando emocionada mientras sostenía un juguete contra su pecho. Nico se acomodó mejor la bufanda negra alrededor de su cuello y siguió caminando. Como ya estaban a mitad de diciembre, las noches eran cada vez más frías; y Nico se preguntaba qué demonios estaba haciendo en la calle, buscando ni-el-sabía-qué, a las 11 de la noche.

Mientras iba caminando, algo llamó su atención. Desde la tienda a su derecha salía una cálida luz amarilla. Nico se detuvo por un momento y contempló la mercancía que había en el escaparate. Animales, relojes, marcos para fotografías y pinturas, sillas en miniatura y miles de otros objetos hechos de madera la devolvían la mirada. Levantó la vista y leyó el letrero del local. "Mundo de Madera". Estuvo de acuerdo con que el nombre hacia honor al lugar. La luz que emitía el local le incitó a pasar adentro y calentarse por unos minutos, así que Nico no se hizo esperar.

Al momento de entrar, el sonido de una pequeña campanilla sonó a lo largo de toda la sala, y un olor a madera invadió las fosas nasales del chico. Paseó la mirada a lo largo del lugar, maravillándose por la cantidad de artesanías de madera que había. Roble, pino, caoba, enebro, y otros tipos de madera que Nico no reconoció abundaban.

-Buenos días, joven. ¿busca algo en especial? -la voz de un hombre lo interrumpió de su apreciación. Se dio la vuelta y se encontró con un señor de mediana edad, ojos castaños y sonrisa amable. Portaba un

-Oh, no, sólo estaba viendo si algo llamaba mi atención -contestó educadamente, devolviéndole la sonrisa.

-¿Quizás algo para un evento especial?, ¿un cumpleaños?, ¿boda?, ¿aniversario?

-Um, si, un aniversario.

-Perfecto, tenemos algo que tal vez le guste -el hombre, Steven, dio media vuelta y comenzó a caminar, con Nico detrás de él. Se detuvieron delante de una estantería y el chico paseó su mirada sobre los objetos. No, definitivamente no. Corazones de madera, cajas para joyas en forma de corazón, rosas con los pétalos pintados de diferentes tonos de rojo y rosado, y hasta uno que otro bebe cupido se encontraban alineados frente a él.

De repente, sus ojos se detuvieron en un objeto en el estante de atrás. Se acercó para contemplarlo mejor y tuvo que reprimir una sonrisa. Era un pequeño caballo con las patas delanteras alzadas y junto con un par de alas dobladas como en vuelo sobre su lomo; era un pegaso. A Will siempre le habían fascinado ese tipo de criaturas mitológicas. Will Solace, si no fuera estudiante de medicina, de seguro estudiaría mitología grecorromana.

Para Will, uno de sus mitos favoritos era el de Pegaso: nacido a partir de la sangre derramada de Quimera sobre el océano, tomándose en cuenta así como hijo de Poseidon. El rubio consideraba a esta criatura como una de las mas hermosas de la mitología griega.

-Disculpe -llamó Nico la atención del hombre-, ¿cuanto cuesta esta figura?

Cinco minutos después, Nico di Angelo salió de la tienda de artesanías de madera cargando una pequeña bolsa de plástico. Pasó en frente de un local donde vendían bolsas de regalo y listones, pero recordó que tenía alguna de esas cosas en el departamento, así que tan sólo pasó de largo, apurándose para llegar rápido. Nieve comenzó a caer y el chico se volvió a poner sus guantes de lana, junto con su gorro del mismo material, justo cuando daba la vuelta a la esquina hacia la derecha. El complejo de apartamentos donde vivía se erguía frente a el.

Una Navidad Sorpresa (Solangelo/AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora