Capítulo 1

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La noche ni siquiera asomaba la mínima cantidad de luz por aquellas abandonadas calles; las personas no habitaban esas horas, pues el peligro era inminente por todos lados y tal vez no solo era peligro, sino que todas las personas lo único que deseaban era una bendita hora de descando después de un arduo día. Pero había una zona en especial que no era permitida a ese tipo de lujos de descanso, esa zona tenía que trabajar a esa hora porque era donde la oscuridad cubría los peores pecados que la gente juzga día con día; se escuchan las palabras más vulgares jamás escritas por cada rincón y las vestimentas con menos decencia posible de encontrar una tienda, al punto de mostrar algo más arriba del muslo. Todos juzgaban ese lugar y sus pertenecientes miembros, pero nadie conocía la historia de cada persona que ahí laboraba. Todos mencionaban su nombre pero nadie lo respetaba al decir "La Zona Roja".

-Vamos, que la noche es joven. -Le animaba su mejor amigo del lado del copiloto con una sonrisa socarrona.

-Cállate, Alex. Siéntete afortunado de que te haré caso. -Silenció aquel muchacho de pelo negro y lasio que conducía con un destino especial aquella noche.

-Te vas a divertir. Te lo aseguro. -Prometió sonriendo burlonamente mientras volvía su vista al camino.

Condujeron durante unos minutos más, cuando, en una calle angosta y no muy higiénica como se podría decir, visualizaron aquellas luces rojas que señalaban al lugar tan conocido al que habían llegado. Su fama era la más burda del mundo y sus protagonistas tenían las mil y un historias que muchas personas ignoran y prefieren juzgar a escuchar. Alex tenía la noche libre. Miguel también. Un par de amigos de 21 y 23 años, juntos, a las 12:00 am no es la mejor combinación que puede haber para conseguir una diversión sana, y ambos lo sabían pero preferirieron que el morbo y la curiosidad le ganara a razonar un poco en lo que estaban a punto de hacer.

-Llegamos. -Avisó Alex desabrochando el cinturón de seguridad cuando Miguel estacionó el auto por un pequeño callejón escondido, notando que no eran los únicos intentando pasar desapercibidos, pues muchos autos tambíen estaban estacionados de aquella manera.

-No me digas. -Burló con sarcasmo, bajando del auto después de su amigo y asegurandolo con la alarma. Caminaron unos pocos pasos, cuando una mujer robusta, de excesivo maquillaje y un vestido largo floreado se les acercó.

-¿Qué buscan, jovenes? -Su piel era de color y no parecía ser una de las sexoservidoras que ahí existían. Les sonrió con animo y amabilidad.

-Las mejores de la noche. -Habló el bajito, con una sensual sonrisa ladina, mirando con el mismo ánimo a aquella señora que tenían enfrente.

-Bueno, les mostraré a mis niñas. -Aseguró con una sonrisa de oreja a oreja, dejando que ambos hombres caminaran frente a ella, muy convencida los fue siguiendo.

La caminata no fue más que un evento curioso, pues por todos lados había autos recogiendo hermosas chicas casi desnudas, u otros follando sobre las mismas paredes y suelo del lugar, había quienes conservaban decencia y dignidad y llevaban a las prostitutas a una cama especial; estaban los observadores o los que esperaban encontrar una buena renta. Todo aquello perturbó un poco a Miguel, quien se acercó más a su amigo en busca de un apoyo, provocando una sonrisa en Alex. Miguel era nuevo en esto y no sabía ni que carajos iba a hacer. Alex ya había ido unas 5 veces y con eso le bastó para sonsacar la mente del grandulón con ideas e imagenes fantásticas del diseño de todo aquello. "Maldito seas, Alex" Maldijo en su mente Rogel cuando vio que las chicas caminaban como si nada por los pasillos tal como Dios las trajo al mundo, e inclusive le guiñaban el ojo y movían aún más las caderas con coquetería.

-Vamos, Miguel. Será divertido. -Aseguró por segunda vez aún con la burla dibujada en su rostro, palpando con compañerismo el hombro del más alto.

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⏰ Última actualización: Dec 06, 2015 ⏰

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Zona Roja - Rubelangel -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora