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Hola escoria.

Solo te quiero pedir un favor antes de dar inicio a mi relato impreso en esta carta: "Desaparece de mi mente".

Fuera de esta hermosa introducción, empecemos:

Fue a finales del verano, cuando tú, el payaso de clase tomó algo de su tiempo para entablar una "agradable" conversación con la chica solitaria; su ubicación exacta era detrás de Robert Johnson, a uno de sus costados se hallaba Marilyn Stevens y al otro costado se encontraba la vista más detallada del instituto.

Lastimosamente esa ubicación tan precisa no duraría mucho, debido al hecho de que Nicole Martínez se había mudado pocas semanas antes de dar inicio a la escuela, en otras palabras no gozaba del placer de compartir mi banca.

Cuando nuestro maestro de cálculo pudo captar este suceso particular, no pudo simplemente pasar de eso; era la oportunidad perfecta para reubicar nuestros asientos o simplemente posicionar a dos personas; la cual una era demasiado popular para mi gusto.

–Señorita Lee, por favor acomódese en la banca del señor Stone—Aquella voz indicaba un ruego .

Nuestro profesor de cálculo gozaba de poca paciencia y  aquel personaje amaba hacer que este perdiera sus estribos.

Personalmente, esta era una pésima idea, yo amaba mi banca atrás del salón, donde todos pasábamos de todos; ahora tenía que sentarme en la mitad del salón, donde los populares reinaban y entre ellos la escoria, aquel payaso.

Solo tenía que compartir banca durante cálculo el resto del año que podría salir mal.

Me dirigí sin ánimo hacia el repugnante señor perfecto, me senté a uno de sus costados, con ánimos de escapar de allí; pero al sentarme al señorito perfecto se le ocurrió entablar una conversación.

–Lindo cabello Lee, qué tipo de tinte usas.– esbozó una sonrisa particular, sabía perfectamente que a él le encantaba poner los pelos de punta.

–Es natural—mi indiferencia se hizo latente.

Fue así como continuamos la clase; el haciendo chistes malos sobre mi cabello y yo intentando no perder la cordura.

Finalmente el maestro de cálculo me tomo como un escudo, por primera vez dictó su clase en paz, el ganaba y yo perdía. Cuando sonó el timbre de clase todos tomaron sus cosas y se fueron hacia sus taquillas.

Este fue el inicio de  algo más, algo como mi odio infinito por ti.

Te repugna, Megan Lee.

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⏰ Última actualización: Aug 04, 2019 ⏰

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Querido y estúpido amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora