Razones para vivir

3.7K 261 11
                                    

Narra Barry
La trampa estaba preparada, Thánatos creería que por fin podría acabar conmigo y vendría aquí.
Esperé pacientemente hasta que pude verle atravesar la puerta de aquel edificio abandonado.
—Por fin estas aquí. —Susurré vagamente.
—Flash...hoy voy a matarte, tengo prisa ¿Sabes? Así que no me andaré con rodeos. —Su sonrisa malévola se hizo presente.
—Ahora vas a...suicidarte. Despacio pero sin parar. —Y sentí ese pinchazo en el cerebro, tenía que encontrar los pensamientos adecuados.

La ciudad. La ciudad me necesitaba. —Pensé. Pero no funcionó, comencé a golpearme contra todo objeto que encontraba a mi paso.
Mis amigos, mi familia, mi trabajo, mi vida, y 5 minutos después me encontraba en el suelo, nada funcionaba.
Iris, esto tenía que funcionar. Pero no lo hizo.

Me estaba desesperando, no sabía en que más pensar, no sabía que hacer, tenía el control absoluto de mi mente y nada podía detenerle, recordé las palabras de Caitlin y sentí algo dentro de mi. Su voz, como un grito alarmante diciendo mi nombre, gritando que me levantara de allí.

Apoye mis manos en el suelo y me levanté de el, la mirada de Thánatos pareció oscurecerse, los pensamientos se sucedían en mi cabeza uno tras otro, todos iguales. Sonreí de lado mientras mis piernas se movían hacia él lanzandole contra la pared, me era difícil mantener el control pero lo estaba haciendo. Cisco y Wells aparecieron por detrás de Thánatos, le dí un último golpe y ellos se encargaron del resto. Le mataron. No podíamos arriesgarnos a encerrarle, había sido una difícil decisión pero era lo único que podíamos hacer para mantener a salvo nuestra ciudad.
Besos, abrazos y halagos terminaron por completo con mi paciencia. Si no era capaz de mantener a salvo a mis vecinos sin necesidad de matar a alguien entonces es que había algo que no hacía bien.
—Lo sé...Yo también me siento así.- Wells puso mi mano en mi hombro. —Pero no podemos cambiar el mundo, sólo intentar protegerlo, Barry. —Se despidió de mi y se marchó del lugar.

Los últimos días se sucedieron tranquilos, la calma había vuelto a central city. Algunos ladrones, exhibicionistas, locos con armas, secuestros,...nada demasiado fuera de lo común. Iris y yo decidimos establecer que cada día tendríamos al menos una hora para nosotros y hoy íbamos a dar un paseo. Apenas podía mirarla sin sentir asco de mí mismo.

—Barry... sé que las cosas no han estado bien entre nosotros últimamente pero quiero recuperarte. —Se paró frente a mi sonriendo y me besó tiernamente, pero por alguna extraña razón sus besos ya no se sentían sinceros.
—Te quiero. —Confesó
—Yo...también. —Titubee yo.
Y así nuestra hora pasó entre confesiones y momentos incómodos.

Falling for you. Snowbarry (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora