Miradas

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"En mi habitación duerme una suicida
Duerme pequeñita, duerme..."

- ¡Cállate!- gritó en su mente Hermione. No soportaba más aquella frase perturbadora. Entonces, todo se apagó.

- ¿Qué está pasando?- dijo Hermione al encontrarse en una habitación blanca por completo. Miró sus manos y sus piernas, podía moverse. Tenía una bata larga y blanca. Se volteó y vio en una silla a una chica sentada, mirándola. Pero no era una chica común; era una idéntica a ella.

- ¿Quién eres tú?- dijo Hermione mirándola.

- Yo soy tú, y tú eres yo. Las dos somos...- dijo ella.

Hermione se mantuvo en silencio unos instantes.

- ¿Dónde estoy?

- Éste es tu subconsciente. No creas que has despertado ni mucho menos. Tu cuerpo aún se encuentra en la camilla. Pero tu mente está aquí, conmigo, yo soy tu subconsciente.

- Mi subconsciente...entonces aún no he muerto...- dijo Hermione.

- No, y no lo harás si las dos podemos impedirlo.- dijo ella.

- Si tú eres yo, cómo te voy a llamar de ahora en adelante..- dijo Hermione.

- Dime Ella...- dijo ella.

- Está bien. Pero dime, cómo podemos impedir que muera. Ambas sabemos lo que Voldemort hizo con mi mente y la de Draco. Ambos moriremos.

- No. Entiende esto: la mente es un objeto poderoso. Ni siquiera Voldemort puede con eso, claro, si la sabes usar. Mírame, se supone que yo no debo estar aquí ayudándote, pero sin embargo estoy, porque tu mente es fuerte...Draco, por ejemplo, no tengo dudas que él también debe estar en este mismo momento hablando con su subconsciente.

- Dices que puedo destruir el virus que fue implantado en mi cerebro... pero, ¿cómo lo hago?.- dijo Hermione.

- Tomará tiempo. Por ahora los doctores te mantendrán viva, pero no por mucho tiempo. Debes encontrar una clave, esa clave que solo la sé yo, ósea, tu subconsciente. Pero no puedo decírtela, solo puedo ayudarte a encontrarla. Una vez que la encuentres podrás destruir el virus.

- ¿Cómo la encuentro?

- Recordando, Hermione, recordando. Tú y Malfoy tuvieron una historia ¿no es así?- dijo ella levantando una ceja.

Hermione se puso roja.

- ¿Crees que por ser tu subconsciente no sé las cosas que haces en tu consciente? Yo lo sé todo. Ahora no perdamos más tiempo y comienza a contar, cuéntame desde que te secuestraron...en la discoteca... Solo tienes que cerrar los ojos Hermione, y recordar lo que sucedió aquella noche...no tienes que hablar, yo puedo leer tu mente...- dijo ella. – ciérralos y busquemos juntas la clave..

Hermione cerró los ojos y sintió que su alrededor daba vueltas.

Recordó, sí, recordó:

- ¡Feliz cumpleaños Hermione!- gritó Ginny abrazándola.

- ¡Gracias! pero qué linda que está esta noche!- dijo Hermione mirándola. Estaba con un Jean apretado y una blusa escotada, su cabello rojo lacio brillaba con las luces de la discoteca.

- Hoy la vamos a pasar increíble! no todos los días se cumplen 19 años!- dijo Ginny.

- ¡Sí! vamos a bailar toda la noche!- dijo Hermione.

Muchas cosas habían cambiado desde que se habían graduado. Harry, Ron Hermione y Ginny se habían vuelto mucho más liberales, vivían para divertirse, y lo hacían porque era la única forma de olvidar los problemas. Harry se olvidaba de Sirius y Dumbledore, Ron y Ginny de Percy, Hermione de la muerte de sus padres. Se habían graduado y había prometido no volver a preocuparse por nada nunca más. Y así lo hicieron, se desconectaron de mundo. Sin saber siquiera que el mundo no había decidido desconectarse de ellos.

El secuestro de HermioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora