Nunca te he contado la variedad de psiquiatras que me han atendido, no tendría sentido, ni el más capaz podría eliminar tu rostro de mis sueños. Nadie podrá, jamás, hacer que deserte del juego que hemos comenzado. No me gusta perder, y se que a ti tampoco, así que, el tiempo que transcurra hasta llegar a un fin será vitoreado e incluso, repudiado. La contienda en la que me has hecho ingresar perfora mis oídos con el silencio que la tribuna provoca.
He de decirte, lo maravillada que me dejas al demostrarme el porte tenaz que mantienes al tomar una decisión severa, aquellas que plagas de comentarios sarcásticos para apaciguar los sonoros latidos de mi corazón. El perfil del hombre idóneo, y yo aquí, siendo sumisa a los gorgoteos de mi alma que clama de ti, de tus labios, de tus manos que tocan mi rostro y cepillan mi cabello como costumbre al estar cerca uno de otro. Solía creer que las metáforas de las mariposas en el estomago no eran más que simple estigma, pero te confieso, alma mía, lo verídico de aquel asunto, con una variable; yo no siento mariposas sino fuego, no vuelan, sino queman y hieren los huesos de quien te quiere que hasta duele, para ambos, para todos, pero más para los pobres insectos que mueren al no encontrar aire, al ser calcinadas por las llamas cristalinas que producen mis ojos extasiados.
Una película, una canción, una chispa adecuada. Que arde, quema, lastima y no será apaciguada hasta que el pacto que hemos formado, se selle, con almas que se hagan una, en un sólo roce tan anhelado.
Vaya que nos gusta lo difícil, entre nosotros creamos la muralla que nos impide vernos más allá, ahí donde queremos, ahí donde soñamos, ahí donde jamás.
ESTÁS LEYENDO
Aquello que sólo tú.
RomanceCobarde mil veces y para la eternidad, quizá; sin embargo no puedo decirte frente a frente aquello, aquello que sólo tu me haces sentir. Eso, pensamientos que no podrán salir de mis labios nunca pero que no puedo arrancar de mi mente. Tal vez así c...