Aquello que sólo tú.

Siempre

Cada vez que tus brazos me rodean siento calor, siempre. 
Un calor que surge del alma entrelazada de ambos. 

Calor, presente al observar una pantalla con parejas haciendo exactamente lo que nosotros quisiéramos; fingir sentimientos. Se hace eterno el desarrollo de tal que comenzando a jugar con mi rostro logras que llegue a la ensoñación, siempre. Me solía preguntar, ¿qué hacías al verme hundida en un sueño? ¿Será que sabías que tú estabas en ellos? 

Tus dedos sobre mi cabello alborotado, jugando y maleandolo cual seda. Como de costumbre; haces las cosas mejor de lo que son.  

Dentro de mi subconsciente, te presentas como la imitación de quien salva personas necesitadas de una meta. Caritativo, vencedor y activo, tan perfecto y tan prohibido. 

Pasan los minutos y regreso al suelo firme y frío, para darme cuenta de mi ensueño dentro de otro, del viento travieso haciéndose pasar por tus caricias y de mi, siendo extraída de mis deseos.