Capítulo Final

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"El espejo puede mentir, no muestra tu interior, lo increíble que eres por dentro"

Al siguiente día desperté adolorida pero tomé una pastilla de las que me recetaron, haciendo que las heridas no dolieran gravemente. Me bañé rápidamente, despejandome de todos los otros pensamientos. Al salir de la ducha, me vestí cómodamente.

Las vendas que cubrían mis muñecas eran desechables así que me las saqué y las boté.

Salí de la pieza, bajando al primer piso. Al ver comida recordé la dieta, y con la mejor alegría que podía dar de mi, saqué el cereal con leche y una fruta, sirviéndomela para comer. De cucharada a cucharada. Poco a poco. Saboreé el ácido de la naranja con un toque de sabor dulce y debo admitir que hace tiempo no disfrutaba así la comida o más bien, una fruta. Casi siempre le sentía un sabor asqueroso, pero estaba mejorando, lo podría superar, volvería a ser la misma de antes.

Al terminar todo, lavé el tazón y salí de la cocina.

-Saldré a tomar aire.l, mamá. - avise fríamente y cerré la puerta, saliendo sin verle la cara.

Allí estaba mi padre, Will. Sentí un horror al verlo, un miedo que me consumía viva. Pero lo disimule, pasando por su lado tranquilamente. Su voz resonó en mis oídos y mis piernas se debilitaron, las sentía como gelatina otra vez. Me giré para verlo y enarque una ceja.

-¿Te conozco? - pregunté, fingiendo confusión.

-Hija, no, no me trates así. - pidió arrepentido.

-¿Hija? Yo nunca he tenido un padre, perdóneme señor, pero se debe estar confundiendo.

-______, lo siento tanto, mi bebé. - se acercó a mi tocando mi mejilla. Hice una mueca de asco, y me alejé bruscamente.

-Nunca te podré perdonar. - musite frunciendo el ceño de enojo. - Me arruinaste la vida. Will Park. Me arruinaste la vida.

-No digas eso, por favor. Tu vida no está arruinada, eres una pequeña. Tienes toda la vida por delante.

-¡Desde que me golpeaste por primera vez, el amor que te tenía como hija hacía ti se perdió! ¡desapareció! - grité

-¡Tú más que nadie sabe los problemas que tengo! - se defendió, alzando las manos al aire.

-¡Odio tener un padre alcohólico! ¡Te odio a ti! - grité apuntandolo. Las lágrimas se asomaban por mis ojos.

-No me hables así,______. Eres mi pequeña.

-¿Tú pequeña? Jodete, tan solo jodete. Te odio más que a nadie, los odio a todos. A mi madre, mi hermana y especialmente a ti. ¡Gracias por arruinarme la vida!

Me dirigí a mi habitación corriendo, me había desahogado. Le había dicho todo lo que faltaba, todo lo que pensaba. Y todo eso era verdad, odiaba a todo el mundo. Excepto a la única persona que me podía hacer la persona más feliz del mundo, y a la vez, la más triste.

Pensé en él.

Sus labios.
Su sonrisa.
Su cabello.
Sus ojos.
Su estilo.
Su carácter.
Él.

Lo amaba y no podía negarlo. Era un sentimiento que nació la primera vez que lo vi.

Me había pasado el día leyendo revistas de moda que me resultaban bastante interesantes aunque no le tomara atención, y luego, bueno solo había estado leyendo algunos consejos para víctimas de bullying, los cuales me parecieron de mucha ayuda.

"-Ignora al agresor, haz como si no lo oyeras. Ni siquiera le mires.

-No llores, ni te enfades, ni muestres que te afecta. Eso es lo que el agresor pretende, así que no le des satisfacción. Más tarde podrás hablar o escribir sobre tus reacciones y lo que sentiste en ese momento.

Depresión (Kyuhyun, Donghae Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora