Capítulo 1.

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Aquella era una mañana cualquiera en Seúl. Un día como todos, sin mayores cambios para la estabilidad de la misma o el país entero. Pero no sería un día como cualquier otro para algunos de sus habitantes.

Con los primeros rayos del sol entrando por su ventana, un joven de pequeña estatura se ocupaba de estirar perfectamente las cobijas de la cama mientras silbaba alegremente una canción de amor.

Se sentía de extraordinario humor. ¿Cómo no estarlo si la noche anterior se la había pasado con su novio y tendría un par de días de descanso? El trabajo en la clínica había sido tan pesado en las últimas semanas, que no había podido disfrutar de un merecido descanso. Apenas podía esperar para realizar todos los planes que tenía.

Tan alegre estaba que en un descuido se le cayó la cobija a los pies de la cama, con desgana se inclinó a recogerla, pero un trozo de tela rojo atrajo su atención. Estiró la mano bajo la cama, cogió aquel pedazo de tela y lo acerco a su rostro luego de extenderlo.

Frente a sus asombrados ojos apareció un bóxer color rojo, que definitivamente no era suyo.

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Los insistentes golpes en la puerta cesaron cuando ésta se abrió de golpe, mostrando a un muy molesto joven con toda la facha de haber sido sacado de la cama, a pesar de la hora. Sin darle tiempo a su amigo de quejarse por ser molestado, Kyungsoo extendió el bóxer frente a su somnoliento rostro.

-Gracias, Dodo, pero prefiero comprar mi ropa interior en lugar de que me lo regalen.

-Qué simpático eres-replicó Kyungsoo en tono mordaz mientras entraba a la casa, pasando al lado de Jongdae.

-No es mía, es de Jongin.

-¡¿Kai?! Nunca pensé que tuviera esas mañas.

-Insisto, amaneciste simpatiquísimo. Es de uno de sus amiguitos. Lo encontré esta mañana bajo la cama-Jongdae silbó mientras se sentaba en un sillón y Kyungsoo se dejaba caer a su lado-¿Puedes creerlo? Nuevamente me está poniendo el cuerno.

-Increíble-sin embargo el tono de voz de Jongdae y su encogimiento de hombros indicaba que no le tomaba para nada por sorpresa.

-¡¿Ya lo sabías?!

-No, pero no me sorprende. Ya te puso el cuerno antes, Kyungsoo, cuando un hombre te es infiel y tú lo perdonas, ellos piensan, inconscientemente, que les estás dando permiso. Tú lo perdonaste así que, ¿qué esperabas?

-¡Yo nunca le dije que lo dejaría pasar por alto una vez mas!

-No, pero lo dejaste por la paz. No lo amenazaste con matarlo si lo volvía a hacer, no lo mandaste a volar, no hiciste nada que él viera como una amenazar.

-¡No le hablé en dos semanas!

-Pero no mencionaste ni una sola vez la palabra ruptura. Él te dio por seguro, y ahí están las consecuencias.

Kyungsoo gimió con fastidio mientras recordaba la anterior infidelidad de Jongin, ocurrida el año pasado. Jongdae y él habían estado cenando en un restaurante tranquilamente... hasta que vio a Jongin, en una mesa al fondo del local, recibiendo una revisión dental de parte de un rubio. Había estado tan furioso que destruyó aquella ala del restaurante y en consecuencia le prohibieron la entrada de por vida.

-Y bien, ¿qué vas a hacer?

-No lo sé-respondió Kyungsoo en tono desganado mientras se escurría en el sillón y cubría su rostro con las manos.

-¿Lo ves? Te ha sido infiel nuevamente, y en lugar de decirme que lo vas a mandar al diablo... no sabes qué hacer.

-A veces eres tan molesto, Chen. Estoy tan furioso y confundido. Lo que yo en verdad quisiera es darle una cucharada de su propia medicina, regresare el golpe ¡Que él también sepa lo que se siente sufrir una infidelidad!

Dulce Venganza (ChanSoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora