Capítulo 5.

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Chanyeol miró fijamente el sobre que llevaba en sus manos mientras caminaba por los pasillos de la estación al lado de sus amigos, quienes no podían dejar de sorprenderse ante el gesto serio y hasta meditabundo que había embargado a su amigo desde hacía unos minutos. Fue Jongin quien no pudo seguir aguantando la curiosidad por saber la razón de su comportamiento.

-¿Qué te pasa, dumbo? Desde que el capitán Minho te asignó esta misión no pareces muy contento, a pesar de que fuiste tú quien no dejó de molestarlo para que te la asignara.

-¿Pero qué dices? ¡Claro que estoy feliz! ¿O para demostrarlo tendría que ponerme a saltar?

-Lo has hecho. -dijo Suho con simpleza, ganándose una mirada fulminante de su compañero.

-Bueno, pues lo estoy. Éste caso me ha interesado desde el principio, así que estoy completamente feliz de estar encargado de atrapar a estos tipos.

El gigante se sintió ligeramente incómodo por las miradas especulativas que sus amigos le dirigían, como si estuvieran analizando a un bicho raro para poder entender su comportamiento, pero fue la intervención de Minseok lo que terminó por ponerlo nervioso.

-No será que lo que no te ha gustado es el tiempo de duración.

-¿Por qué habría de molestarme? Es de una a dos semanas, he estado en misiones de hasta tres meses.

-Sí, pero probablemente entonces no tenías a alguien como ahora.

-¿De qué hablas, Minseok? No estoy saliendo con nadie. -reclamó a todo pulmón, lo que atrajo aún más la atención de los chicos.

-A otro perro con ese hueso, todos creemos lo contrario e incluso hemos hecho apuestas sobre la identidad de aquella persona. Yo aposté porque se trata de la joven que atiende el puesto de flores, sé que es mayor pero quizá te gusta que te den lecciones.

-¡¿Pero qué dices?! ¿En que se basan para suponer que estoy saliendo con alguien?

-Has dejado de tomar turnos dobles. -dijo Jongin con tranquilidad.

-Cuando estás de descanso te vuelves ilocalizable. -agregó Suho.

-E incluso un par de veces has llegado oliendo a jabón de piel tersa, señal de que has estado duchándote en casa de él o ella... tras haber pasado la noche juntos, claro. -finalizó Minseok- Lo que no entendemos es por qué nunca la mencionas, lo que hace pensar a algunos de que estás saliendo con una persona casada.

-¡No está casado! -los tres lo miraron triunfantemente, porque aquella declaración exaltada confirmaba de alguna manera que estaba saliendo con alguien- ¡Y no he aceptado lo que dicen!

-Puedes negarlo todo lo que quieras, pero no te creemos nada. En todo caso, te creo que no esté casada o casado, te conozco y sé que tú no eres de los que se metería en medio de una relación. La lealtad es algo muy importante para ti. -finalizó Minseok.

Chanyeol no pudo evitar sentirse como un miserable. Escuchar aquel halago frente a su amigo, a quien estaba traicionando... era más de lo que podía aguantar. Farfulló la primera excusa que se le ocurrió y se alejó de sus amigos a toda velocidad.

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Contrario a muchas personas, Kyungsoo le encantaba festejar su cumpleaños. Aquel día cumplía sus flamantes 23 años y se sentía tremendamente entusiasmado por festejarlo; pero si había un aspecto de festejar un cumpleaños que amaba por encima de todo, era el recibir y abrir los regalos. Como en aquel momento.

Sus manos temblaban con emoción mientras se trataba de desenvolver un paquete, en lugar de rasgar la envoltura como en verdad lo deseaba.

Cuando llegó a la clínica aquella mañana, en recepción le entregaron un paquete. Aunque no tenía una etiqueta o una dirección de remitente, no le costó trabajo identificar a Chanyeol como la persona que se lo enviara; en todos los años que tenían de amistad nunca había faltado un solo regalo o llamada telefónica por su cumpleaños.

Dulce Venganza (ChanSoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora