"mudanza"
-I'm gonna getcha getcha getcha… - tarareé al ritmo de la música que inundaba mi habitación.
Era una canción bastante antigua, de los años ochenta creo, pero aún así, seguía gustándome.
Alcancé varias camisetas de lo alto del armario, subiéndome a una sillita rosa de plástico, y las guardé en mi maleta. La cual estaba abierta encima de la cama.
Hice una mueca y seguí sacando ropa. Echaría de menos mi vieja habitación, estaba pintada de azul cielo, uno de mis colores favoritos, y tenía fotos de mis amigas y mías por toda la pared derecha.
Oh… desde luego que echaría de menos la habitación, y a mis amigas… y a mi padre.
Mi padre se quedaría aquí trabajando de ingeniero, en cambio, mi madre, mis hermanos y yo nos íbamos a Londres, ya que a mi hermano Brandom le habían dado una beca de deportes en la universidad de Doncaster.
Brandom tenía 18 años, este curso comenzaría la universidad allí; mi hermana Nuria tenía 14 años, por lo que aún está estudiando en la escuela obligatoria; yo… soy la mediana, tengo 17 años recién cumplidos y voy a empezar bachiller en Doncaster.
Lo único bueno es que al menos conoceré a alguien, mis primos por parte materna viven allí, los Tomlinson.
Charlotte tiene la misma edad de mi hermana, Felicity dos años menos que Lottie, las gemelas tienen 6 años, y Louis mi edad.
Según mi madre, podría quedar con los amigos de Louis hasta que tuviera amigos, pero no creo que a él le haga mucha gracia eso.
Louis es una de las personas más superficiales de toda La Tierra. Y no exagero. Aún así me quiere, y no pido más, pero quedar con sus amigos… sería muy raro.
-Estás lista? - me preguntó Brandom entrando en la habitación e inspeccionándola.
-Sí - me saqué la toalla del pelo y lo revolví un poco con las manos- Ahora voy.
Él asintió y cerró mi maleta, dando por hecho que yo ya había terminado de meter todo allí, cosa que era cierta.
La levantó de la cama y se la llevó tras él mientras salía de la habitación.
Hice una mueca mientras intentaba desenredarme el cabello.
Me calcé unas alpargatas de tacón negras, ya que pegaban con el pantalón ajustado del mismo color que llevaba puesto; por encima de la camiseta cámel floja me puse una americana negra, y cogí un bolso camel.
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-Apura!! - me gritó mi madre desde la entrada.
Salí de mi cuarto corriendo hasta llegar a donde se encontraban todos con maletas.
Mi padre tenía en la mano un periódico, y en la otra un café caliente. Al contrario que los demás, él llevaba una bata azul y su pijama gris de cuadros, con los pies resguardados del frío en unas calentitas zapatillas.
-Te envidio - susurró Nurita, que era como llamábamos a mi hermana pequeña. A lo que mi padre respondió con una sonrisa superficial.
-Lo sé, cielo - dijo papá sorbiendo el café.
Fruncí el ceño y deposité un rápido beso en su mejilla.
-Helena, tenemos prisa - exclamó cansada mi madre.
Mamá se colocó el bolso como si fuera una bandolera y en sus manos llevaba su maleta y un bolsón grande lleno de revistas Hola.
-Vamos en coche? - preguntó Nurita cogiendo su maleta rosa.
-No, vamos en ferry- contestó Brandom abriendo la puerta de casa.
-Entonces tardaremos mucho - dije haciendo una mueca de disgusto.
-Bueno... serán diez horas... o más - me dijo Brandom.
Nurita hizo un gracioso aspaviento con la mano y salió de casa, no sin antes soltar un "Hasta luego papá" lleno de cariño.
Nurita se parecía bastante a mi, ella era rubita y con el cabello ondulado, ojos azules y blanquita, lo único que nos diferenciaba era el color de los ojos, los míos eran de color miel tirando a verdes.
Brandom era moreno, ojos azules y cabello trigueño tirando a rubio. Además de ser extremadamente alto. Pero claro, los genes de mi padre imponen!
Mi padre era un señor alto, moreno, ojos color miel y cabello trigueño oscuro.
Mi madre era rubia, ojos azules, de piel blanca y bajita, más o menos.
***
Cuando llegamos al puerto, divisamos un barco blanco de tamaño mediano atracado al lado del muro.
Nurita hizo una mueca de desagrado cuando mamá le invitó a coger su pesado bolsón.
-No sé para qué traes toda tu colección de revistas, mamá - espetó cansada Nurita.
Subió la pasarela y dejó el bolsón en el suelo.
-Para no tener que comprar inglesas!- dijo mamá, como si fuera lo más lógico del mundo.
Pero a mi no me interesaba esa estúpida conversación, yo quería saber donde atracaríamos, ya que Doncaster está en el norte de Inglaterra, además de estar en el interior.
-Dónde atracaremos?- pregunté apoyándome en la barandilla del barco.
Mi hermano sacó sus cascos y los enganchó en su móvil.
-En Doncaster no hay puerto- dijo convencido.
-Que listo eres Brandom, me has sacado de dudas en serio- ironicé.
Suspiró y me agarró de la mano, me llevó junto a una mesa de plástico y desarrugó un mapa mundial.
-Estamos aquí- señaló el punto en el mapa en el que ponía claramente A Coruña, arrastró su dedo por todo el mar Cantábrico y llegó hasta un pueblo llamado Plymouth, que era el punto más cercano, desde España, a Inglaterra.
-No atracaremos en Plymouth porque si no, nos saldría muy caro el viajecito en coche- dijo Brandom- así que iremos por aquí...
Arrastró su dedo por el Canal Inglés y atravesó el mar Leigh-on, pasó por Lowestoft y North Walsham, hasta que lo dejó quieto en un puntito poco marcado.
-Grimsby?- pregunté extrañada, nunca había oído hablar de ese lugar.
-Exacto, no es muy conocido, pero el puerto es perfecto para este tipo de barco- contestó mi hermano encogiéndose de hombros- Vendrán a buscarnos Johannah, Louis, Lottie y Fizzy.
-Y las gemelas?
-Demasiado cansadas, allí será la una de la madrugada... Lottie y Fizzy vienen porque quieren ver a Nurita... Louis porque no tiene nada mejor que hacer- hice una mueca de desagrado, no era que mi primo me cayera mal, pero no podía creer que fuéramos parientes, éramos muy distintos!
-Y Johannah porque quiere achucharnos hasta que nos desintegremos- dijo.
Solté una carcajada y se puso los cascos.
-Ahora no me molestes, y dile a la petarda de la otra que no venga a tocar las narices- exclamó cerrando los ojos.
-Bien...- me di la vuelta y me encaminé hasta donde estaba mi maleta, la abrí y saqué el móvil, lo apagué y aspiré el olor a la mar.
-Adios España...
