Octubre 05

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Estaba nerviosa hablando con él.
Mis manos sudaban y sentía un cosquilleo en el estómago.
¿Eran esas las dichosas mariposas? Quería ahogarlas con cloro.
-Janet, eres genial- dijo sin parar de mirar el lugar.
Cree que soy genial.
Casi me desmayé, pero no lo hice, así que le devolví el elogio.
Estúpidas mariposas.

Papel y Lápiz ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora