Capítulo II

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Al llegar a clase me senté en mi sitio, cruzando por las demás mesas. Mi sitio estaba totalmente al fondo de la clase, al lado de la ventana, justo como el sitio de los protagonistas de anime. Eso era lo único que molaba de mi clase, lo demás eran adolescentes canis y zorras en celo. Por no hablar de los profesores. El único profesor que me agradaba era el de Literatura, el Sr. Cooper, aunque todos le llamaban por su nombre. Ese sí que era un profesor de verdad, y no la panda de amargados que completaba el equipo de profesores de mi instituto.

No os voy a relatar las dos primeras clases, ya que no tenían nada especial que destacar. En cuanto a la hora de descanso, bajé al patio, y Deryck se me acercó de nuevo. Genial.
-Hola Chelsea-sonrió.
-Hola Deryck-dije, sin emoción alguna.
-Hoy Desmond ha estado genial, gracias a él ya sé la etimología de las palabras barco, casa y microscopio. ¿No es genial?- realmente no le estaba escuchando. Para qué, si siempre contaba las mismas cosas de empollón.
-¿Chelsea? ¿Hola? ¿Pasa algo?
-Ah, no, nada...-reaccioné
-Bueno...pues creo que mejor me voy. Adiós.- Se fue un poco confundido, mientras yo me ocupaba de buscar a mi grupo de amigos.

Me acerqué al pequeño grupo de amigos que tenía, y sin saludar, me quedé allí como un pasmarote mientras Rocco contaba una historia que poco me importaba. Al menos, no en ese momento. Lo único que ocupaba mis pensamientos era si Taylor seguiría enfadada conmigo, porque me molesta mucho que la gente esté de malas conmigo. Puede sonar egoísta, pero así es.
-Y le he llamado Mordecai. Tíos, en serio, tenéis que verla, es una pasada, estoy tan contento de tener a Mordecai. Ya tengo tres juegos, el fifa, el Black ops II y el Halo 4, y todos tienen unos gráficos que lo flipas chaval. Me casaría con Mordecai si pudiera, vamos, que legalizan el matrimonio gay pero no el electrónico...
-Rocco, se te va...
-Se me va no, Anais, es que Mordecai es UNA PUTA PASADA.
-Ya, bueno, ¿Qué tal si dejas a Mordecai y hablamos de algo más normal?-Dijo, con una mirada de desesperación.
Mientras discutían, y los demás miraban, yo buscaba con la mirada a Rebecca. Rebecca no es que fuera mi mejor amiga ni nada, pero era una amiga con la que podía hablar de mis problemas como una persona normal. Tras una búsqueda sin resultados, Deryck volvió a acercarse a mí.
-Chelsea, ¿Ya estás mejor?
-¿Mejor? ¿De qué hablas? Ni siquiera me pasaba nada...
-Estás rara.
-Vale.-Cedí-No es que me pase nada del otro mundo, pero Jade se ha enfadado conmigo y eso me pone de los nervios.
-¿Taylor? Entonces no te preocupes, se le pasará.
-Ya, supongo.
-Oye, ¿y cuál es el motivo del enfado?
-Nada del otro mundo...

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