The Writer

Prólogo

—Yuri, ¿por qué no se quedó con la chica al final?

En toda su vida como escritora, la morena no pudo responder a esta interrogante. Sus historias siempre estaban llenas de melancolía y cuando no se dedicaba a escribir romance, escribía historias de fantasía con finales agridulces que por lo general no satisfacían a sus lectores. Satisfacer en el modo de que al acabar de leer sus libros, quedaban con un mal sabor a boca y un vació en el pecho enorme. ¿Por qué? ¿Es que acaso no se conocía lo suficiente como para responder a esa pregunta? Y que sí ¿le gustaba el masoquismo? Pero ella no estaba para satisfacer a los lectores sino para contar. Para ella los finales felices no existían, ninguna historia donde terminabas encontrando el amor de tu vida era un final feliz, más bien era una continuación porque la vida no acaba ahí ¿cierto?

Consideraba un final en donde el personaje tenía un final bastante trágico y con final ella se refería a la muerte. Así de drama queen era.

Pero volviendo a la interrogante sin respuesta, ahora se encontraba ida, en pausa en la vida, distraída entonces mientras su mejor amiga Tiffany la observaba expectante a su respuesta más sin embargo nunca llegó a sus oídos y se limitó a dejar escapar un suspiro pesado.

—Kwon Yuri llamando a tierra ¿estás ahí?—Tiffany agitó su mano frente al rostro de la menor.

Yuri salió de su trance después de unos minutos un poco avergonzada. Había divagado de más y para ella era una mala costumbre, una costumbre mala desde su perspectiva. Pensar podía llegar a ser peligroso.

—Lo siento.

—No importa, entonces ¿no me lo dirás?—Tiffany esta vez levantó sus cejas con curiosidad al mismo tiempo que llevaba su taza de café a su boca sorbiendo un poco.'

—No lo sé. Simplemente me gusta. ¿No es eso suficiente? El personaje no la merecía.

—Yuri te conozco desde hace dos años ¿no será que alguien en el pasado te rechazó? Necesitas deshacerte de esos frustrados sentimientos.— Yuri apretó sus labios ante la mirada lasciva de Tiffany. Tenía razón, la tenía pero se negaba a recordar y aceptar tal hecho.

—No sé de qué hablas, en mi vida me he enamorado de alguien.— Respondió Yuri desviando su mirada de la ajena tomando café.

—A tus veintitrés años ¿esperas que te crea eso?— Mencionó Tiffany esta vez en un tono burlón tomando enseguida su celular ante el sonido insistente de este. Yuri solo bajó la mirada sin que la mayor se diese cuenta, sabía que no podría evitar aquella conversación con la pelirroja.

—Es Khun...—Dijo después de que había colgado. Y agradeció internamente al novio de la pelirroja por haber llamado. Quizás no se libraría fácilmente de Tiffany con ese tema, pero se tomaría tiempo para pensarlo y de ese modo, que dejara de insistir. Si lo que quería era la respuesta por supuesto se la daría; pero no hoy. —Su mamá quiere que la ayude con las decoraciones del salón. ¡Ya las había escogido y las volvió a cambiar a propósito!— Tiffany rodó los ojos en señal de frustración y Yuri soltó una pequeña risita sabiendo que su suegra la tenía irritable. —Tú y yo, esta conversación, después de mi boda. ¿Entendido?—Amenazó la pelirroja levantándose de la mesa en el café que estaban. Yuri levantó sus dos brazos como si se rindiera asintiendo con su cabeza.

Y era justo.

Tendría aproximadamente un mes para encontrar la respuesta a aquella interrogante.

¿Por qué no se quedó con la chica al final?