El amor apesta.
Si, ese es un pensamiento general y muy común; hasta se podría decir que es ancestral. Lo que cambia es la razón de cada quien para pensarlo: un desamor, un engaño, una situación difícil, la persona equivocada, no ser correspondido, o simplemente no quieres enamorarte y ¡POOM! Llora, grita y patalea, el resultado no cambiara. Mejor dicho, el sentimiento no cambiara; eso sería demasiado fácil, y existe un equilibrio que hay que mantener en la vida.
Aunque, siendo sincera, muchas veces pensé que sería lo idóneo poder hacerlo. Imagina esto: conoces a una persona, la encuentras maravillosa y perfecta, y te enamoras perdidamente. Vamos, no puedes negarlo, por más defectos que tenga esta persona, a tus ojos va a ser el Ángel Miguel. Solo que no lo es, en absoluto. Es una persona toxica, que solo quiere usarte, que cuando ya no necesite de ti te desechara como a un envoltorio viejo y usado; porque termina siendo eso lo que fuiste para esa persona: la protegiste de todo, fuiste incondicional e intachable, y va y te menosprecia la muy bastarda.
Lo siento, me fui por las ramas.
Bueno, creo que quedo claro como resulto ser esa persona. Y, obviamente, te das cuenta dolorosamente tarde. Entonces es cuando, mientras te sientas a intentar repara tu pobre corazón, detestas a esa persona y quieres dejar de sentir esa cosa asquerosa por ella. Y dejas de sentirlo. Así como llego, inminente, rompiendo todos tus esquemas y tus estúpidas promesas de no llorar por amor, se esfuma. Ves a esa persona y ya no sientes nada; no sientes amor, ni odio, ni alegría o tristeza, no piensas si se ve bien o si lo que lleva no combina. Miras a esa persona y solo hay vacío, de ese tipo que ni siquiera califica como extraños.
Oh, lo estas reconsiderando, ¿Verdad? ¿Prefieres sentir todo o no sentir nada? Esa pregunta es muy difícil, a que sí. Por suerte, esa posibilidad aún no existe, así que respira hondo y cálmate, todo está relativamente bien.
Bueno, como les decía: el amor apesta. Todo el mundo, al menos una vez en su vida amorosa, lo pensó o fue el causante de que alguien más lo piense. Si, amigos, ustedes también alguna vez lo causaron, no lo nieguen. Yo aprendí a vivir con eso.
Pero, a todo esto, ¿Qué es realmente el amor? ¿Se siente igual para todo el mundo o es un sentimiento que cambia con cada mundo? Porque, yo pienso que todos somos un mundo. Tenemos nuestra propia población, que yo la interpreto como los sentimientos. Hay protestantes, lectores, pacifistas, guerreros, artistas, monarcas, homosexuales, homofóbicos (lamentablemente, forman parte), asesinos seriales, y todo tipo de gente. Para mí, nuestra población determina quienes somos. Por ejemplo, si en nuestra población hay más porcentaje de guerreros que de pacifista, lo que uno exterioriza es el guerrero pero sin pasar por alto el pacifista que aun habita en nuestro mundo. Creo que es como una especie de equilibrio.
Ya sé, en este momento debes estar tratando de averiguar qué es lo que fuma: nada. Esto es simplemente el resultado de sentarme sola todo un día, encerrada entre cuatro paredes, en soledad. En este tipo de momentos es cuando mi alma fluye, dejándose ver en todo su resplandor.
Aviso: "Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia".
Gracias por tomarse la molestia de leer mi delirio literario, los quiere mucho, MiA.
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Delirios Literarios.
RandomCreo que el titulo lo dice todo. Y, si no te quedo lo suficientemente claro, entra y averígualo. Tu único consuelo: "el gato murió sabiendo". Portada: dibujo de la gran artista Silvia Pelissero, editado por mi.