ARIES: Tu reacción es explosiva, intensa. Lloras, gritas, te conviertes en una bestia furiosa si es que alguien te ha jugado una mala pasada. No contienes todo ese caudal de emociones, para nada. Y que se quite de en medio todo aquél a quien no le guste...
Afortunadamente, este estallido de emociones termina pronto. No tardas en recuperarte y en enfocarte en nuevos planes. A ti no te detiene... ¡nada!
TAURO: Te tomas tiempo para digerir la caída. Necesitas procesar bien lo ocurrido, identificar claramente lo que sientes y extraer la lección que deja el fracaso para no tropezar nuevamente en la misma piedra.
Al final, te levantas y sigues adelante. Eso sí, mucho más prudente y desconfiado de lo que eras ayer.
GÉMINIS: Por tremendo que sea el golpe, tu reacción depende del humor en que te encuentres en ese momento. Lo mismo te lo tomas con ecuanimidad, que armas la marimorena.
Aunque, independientemente de cómo encajes la situación, no tardas en adaptarte al cambio que supone. Qué suerte la tuya, que tienes la facilidad de dejar atrás tan rápidamente las contrariedades...
CÁNCER: Recibes la decepción llorando a moco tendido. ¡Ay! Qué ingrata es la vida con corazones sensibles como el tuyo...
Te retiras a tu refugio para vendarte las heridas. Batallas con tus emociones, hasta que éstas te permiten comenzar a trazar un nuevo plan de acción. ¡Resiste, corazón!
LEO: Qué difícil es para ti asumir que las cosas no salgan del modo que quieres... Esta situación supone un trancazo para tu leonino orgullo. Trancazo que recibes haciendo gala de un mal humor espantoso, rugiendo sonoramente.
Pero ese mismo orgullo te salva. Porque no tardas en encontrar una solución que vale más la pena que el malogrado plan inicial. Llegas a la conclusión de que no necesitas aquello, porque tú puedes lograr algo mucho mejor.
VIRGO: Tú desahogas la frustración hablando sin parar sobre lo que no ha funcionado. Tanto tú como quien te escucha, termina saturado de tanto darle vueltas al mismo tema. Bombardeas a las personas de tu confianza con cada minúsculo detalle que hizo que el plan se fuera al traste.
Una vez que te has tomado el tiempo para responder cada pregunta (porqué, cómo, dónde...) es cuando te decides a avanzar en otra dirección. Aunque para esto te tomas tu tiempo, ¿eh?
LIBRA: Aprovechas tu sentido común y esa capacidad de aceptación con la que te bendijeron los astros. Las cosas no siempre salen como nosotros queremos y eso es algo que tú nunca pierdes de vista.
Tratas de recobrar la calma y el equilibrio tan pronto como puedes. Con esa sabiduría que le echas a las contrariedades, no tardas en recuperarte.
ESCORPIO: El mundo no se entera de que por dentro tú estás que te llevan los demonios: enfadadísimo, con todas las letras. Les dejas ver calma y frialdad, un total control de la situación, cuando en realidad dentro de ti se ha desatado un torbellino de mala leche.
Ese coraje interno te impulsa para que sigas adelante con más bríos, aunque tampoco los demás se enteren de tus verdaderas motivaciones.
SAGITARIO: Cuando las cosas no salen como a ti te hubiera gustado, tu ego sufre un golpe. ¡Qué injusta es la vida! Manifiestas tu malestar con una retahíla de quejas. No, no debió ocurrir así, pero así fue...
Al menos tú conservas ese convencimiento de que puedes lograr que la próxima vez sea distinto, más a tu gusto... Es decir, mejor.
CAPRICORNIO: ¡No puede ser! Tú te resistes, te indignas, te opones. Para alguien a quien le gusta tener el control y que los planes salgan bien (como a Aníbal del Equipo A) lo sucedido desafía el sentido común. Intentas negar lo ocurrido, hasta que ya no es posible y esa negación es ocupada por un sentimiento de inseguridad.
Pero un día las aguas comienzan a retornar a su cauce y tú vas ganándole terreno a la adversidad. ¡La cabra vuelve al monte para subir... hasta lo más alto!
ACUARIO: Tú también detestas que los planes salgan mal, pero actúas como si todo funcionara con normalidad (o eso es lo que ven los demás). Rápidamente, tu lógica se planta en el terreno de juego, evitando que el pánico cobre protagonismo.
No tardas en hacer ajustes para modificar el plan actual o sorprender al mundo con una alternativa mejorada. Ahora sí... Saldrá todo como tiene que salir.
PISCIS: Qué sufrimiento. Qué pesar. Qué tristeza y qué desolación tan grandes te asaltan... Te resulta muy difícil encajar este golpe del destino y quizás te culpes excesivamente por lo que fue mal. Sueles ser muy duro contigo mismo, piscis.
Sin embargo, lo bueno de ser un signo mutable es que te puedes adaptar a lo nuevo con más facilidad que otros. Gran fortaleza es ésa. Porque llega pronto el día en el que vuelves a surcar nuevas aguas, dejando atrás antiguas heridas.
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Zodiaco
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