Divergente ~versión de beca~

CAPITULO 5: Marcus

POV Beca

Después de que Marcus llegue termino la comida y comemos rápidamente, sin que nadie diga ni una sola palabra. Al terminar le toca a Tobias lavarlos platos entonces me voy a mi habitación a dormir. En toda nuestra silenciosa cena solo me di cuenta de una cosa, Marcus me observaba de forma extraña, era como si quisiera leerme la mente o algo así. Decidí que por el resto de la cena lo ignoraría pero era medio difícil. Creo que Tobias también se dio cuenta porque el también tenía la mirada fija en Marcus por si quería hacer algo malo. 

En fin, me cambio a ropa más cómoda para dormir y mientras busco en mi closet me doy cuenta de algo. Hace muchos años,  el día antes de que Evelyn se fuera, ella me dio una cadenita. En abnegación están prohibidas ese tipo de cosas y creo que fue por eso que me las dio. Nunca me han importado tanto, al final las dejo ahí porque me trae muy malos recuerdos con Evelyn y porque si Marcus me ve con ella lo más probable es que me de  un buen par de golpes. Decido guardarlas debajo de mi cama en una cajita que también me la dio Evelyn. Cuando estoy a punto de quedarme dormida escucho unos pasos de Marcus que lamentablemente se dirigen directamente hacia mi habitacion. 

Y sin ni siquiera tocar entra abriendo la puerta bruscamente. Tiene en la mano el típico cinturón que ha usado por muchos años para golpearme a mí y a Tobias. No sé si salir corriendo, quedarme ahí y ver qué pasa, o esconderme bajo las sábanas pero cuando me doy cuenta de lo que me he demorado en pensar, el dice:

-¿Cuál fue tu resultado? Y quiero la verdad-

-Abnegación-le miento.

Nunca he sido buena mintiendo. No sé si es porque soy de abnegación o no tengo el maldito don pero definitivamente mentir nunca ha sido lo mío. 

-Mentirosa, siempre mientes. ¿Por qué lo haces? Siempre te he enseñado lo contrario- mientras habla desenrolla su cinturón de su mano que no sé si sea por nerviosismo o ansiedad , pero siempre se lo enrolla.

-Date vuelta-me dice fríamente

-No-

-Y ahora desobediente, esto lo vas a lamentar- y con esa última palabra, presiento que se viene algo muy malo.