XXII.

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Domingo 29 de enero 2015.

Querido diario:

Desde que llegamos a Las Bahamas (que, por cierto, el lugar es precioso) Justin Madison no se ha atrevido a mirarme a los ojos. Cada vez que le hablo, aparta la mirada y se sonroja como un colegiado. Es tan gracioso, lo juro. Por supuesto que valió la pena lo que hice porque lo tengo en mis manos y no tiene escapatoria. Presiento que dentro de muy poco tiempo estaremos juntos. ¿Te imaginas? ¡Será maravilloso! Aunque debo admitir que estoy nerviosa por lo que piense mi padre de nuestra futura relación. Pero terminará aceptándolo. O eso pienso yo. Mi padre y la novia de Justin son mis únicos obstáculos. El resto de mi familia no le dará tanta importancia y creo que mi madre ya sabe sobre mis sentimientos hacia Justin.

Estoy tan emocionada, tan contenta, tan ilusionada que tengo miedo de que las cosas no funcionen.

Mis amigas ya están al tanto de lo que pasará y están igual o más emocionadas que yo. Saben lo mucho que he esperado este maldito momento. Han sido años desde entonces y creo que es justo ser feliz al lado de la persona que amo. Y Justin es esa persona. La única. Quiero estar con él y no importa cuánto dure, yo sólo deseo poder despertar y tenerlo a mi lado. Deseo poder besarlo a cualquier hora del día, sin problemas y sin temores. 

Lo siento diario, pero te escribiré más tarde. Ahora tengo que ir a la playa con las chicas y Justin, obviamente.

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