I N S O M N I O.

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La luna iluminaba El pelaje de su gato, Amadeo.

Arlet miraba su  reloj turqeza, ese  despertador que le traía lindos recuerdos,  sin decidir  que escribir para su informe de astronomía que tenía que entregar justamente al día siguiente. Eran ya las 12:00 de la media noche y su hora de dormir estaba ya pasada.

Y por otro lado, se encontraba Enzo inoportunamente tocando la ventana de Arlet,  a la espera de que ella le abriera.

Insomnio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora