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X observaba como Luisa dibujaba en una mesa, tomando un café, podía estar horas ahí mirandola y jamás aburrirse. Él estaba tan enamorado.
Luisa terminó, y por tener un problemita con la camarera, su cuaderno se quedó sobre la mesa. Él esperó que volviera a buscarlo, pero salió de la cafetería sin más, esperó que alguien la llamara y le dijera, pero nadie lo notó; así que con un poco de vergüenza y miedo fue a la mesa de Luisa. Abrió el cuaderno con cuidado.
Luisa Velázquez.
Decía en la esquina de la primera pagina. Así que ese era su apellido.
«Tiene una caligrafía hermosa»
Pensó, avanzó una página, había un dibujo de un pajarito en un árbol de hojas anaranjadas.
Otra página, una chica sentada en la ventana.
Así fue avanzando y viendo dibujos que se alternaban entre: pájaros, libros, algunas chicas o chicos, "hojas de pinta" como decía arriba de algunas páginas llenas de garabatos, etc.Pero en cierto momento encontró el dibujo de una carta, un libro y unas margaritas; en la esquina de la carta había una diminuta letra X. Al chico le dio un vuelco el corazón, y siguió con otra hoja; un corazón hecho de cristal, y una cinta que lo bordaba formando una X.
Vió muchos dibujos, todos con una X en algún lado. Llegó a la penúltima página con dibujos, viendo el dibujo de una chica en la plaza leyendo un libro, la reconoció, era ella cuando se iban a conocer.Una sonrisa se le deslizó por el rostro antes de pasar la página, y encontrarse con dos siluetas, una de una chica, que apoyaba su cabeza en el hombro del chico. Sólo era eso, dos siluetas, ni siquiera tenía un fondo o algo. Sin embargo captó la atención del muchacho, que en la esquina de la página ponía X y Lu.
El muchacho salió avergonzado de la cafetería, sabiendo lo que iba a hacer. El cuaderno de Luisa en su mochila, la mirada gacha, sus hombros tensos, y su rostro tan rojo como un tomate. La mochila le colgaba de un hombro, y sujetaba con tanta fuerza una de las correas que sus nudillos se pusieron blancos.
La vio esperando bajo la puerta del colegio, se veía hermosa, se armó de valor y empezó a caminar hacia ella con pasos largos y rápidos; cuando llegó frente a ella, rápidamente dejó caer su mochila, levantó su cabeza, y la besó.
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Hey, pequeña artista
Short StoryLuisa pensaba que sería otro día normal en clase de arte, hasta que vio aquella nota pegada en su atril. ------- Si quieres leer una historia original, única y sin precedentes, sigue buscando. Esta historia es cliché, sí, pero no deja de ser mi joyi...