¿Ustedes le tienen miedo a la muerte? Por suerte, yo no. Antes solía tenerlo, recuerdo como lloraba al pensar que tarde o temprano dejaría de existir pero con el paso del tiempo eso cambio.
Estar al borde de la muerte muchas veces, me ayudo bastante a superar ese miedo....
¿Quién diría que al final, la muerte seria lo que yo mas desearía?
-¡Mami estoy cerca de lograrlo! –Grite completamente feliz, por primera vez, me sentía libre aunque no tardo mucho tiempo en irse al caño.
-¡Bájate de ahí, es peligroso! –Grito preocupada.
-¡No es peligroso! –Grite enojada- ¡Tengo seis años, ya soy una niña grande!
-¡Bájate antes de que te....! –Pero ya era tarde.
¿Un consejo? Si vas a subirte a un árbol, procura no llegar muy alto. Te puedes caer. Y ahí estaba yo, cayendo desde la rama más alta del árbol por querer demostrar "lo grande" que era.
Esa fue la primera vez que fui al hospital y aun lo recuerdo perfectamente, a pesar de que haya sucedido hace diez años.
-¿Señorita Moon? –Dijo el doctor mientras entraba en mi habitación. Automáticamente mi madre dejo de sostener mi mano y se levantó de aquella sucia silla, ansiosa por obtener algún dato sobre mí.
-Doctor –dijo aliviada- ¿Cómo está mi hija?
-La verdad, tuvo mucha suerte. Si se hubiera golpeado la cabeza podría haber estado muerta o con algún problema craneal. Eres una niña muy suertuda.
-Esa no responde a la pregunta que mi mamá le hizo –susurre sorprendiéndolos a amos-. Responda la pregunta, por favor.
Desde pequeña me subestimaban demasiado, pensaban que ocultarme las cosas era el camino más fácil, pensaban que no entendería la situación y que no podría saber la verdad si ellos nunca me la decían.
Pero yo no era tonta, es más, nunca lo fui.
-Micaela cálmate. El doctor solo está haciendo su trabajo –miro al hombre apenada-. Lo lamento doctor. Prosiga por favor.
-No importa –me sonrió-. Solo te rompiste la pierna. Tendrás que usar un yeso por tres meses pero si no te cuidas, podría ser más tiempo.
-¿Solo eso? –Pregunto mi madre histérica- ¡Mi hija se rompió la pierna y dice que solo es eso! ¿Qué rayos le pasa?
Sí, mi mamá siempre fue exagerada con el tema de mi salud. Siempre me estaba vigilando y viendo que todo esté en orden. A veces era molesto, lo admito, pero siempre le estaré agradecida por eso.
-Mamá, cálmate –suspire harta de la misma situación de siempre-. Estoy bien.
-Tienes una pierna rota.
-Almenos la tengo ¿cierto? –Bufe-. Mamá, sigo respirando asique estoy bien. Estoy viva y es lo que importa.
-¿Eso es lo que importa? –Me miro impactada-. Micaela, las personas con cáncer igual están vivas pero ¿sabes qué? Eso no significa que estén bien.
-Mamá, no me compares con algo así. Es solo una pierna rota.
-Siempre trate de protegerte para que nunca llegues a estar en un hospital. Espero que esta sea la última vez que estas aquí.
Pero no fue así.
Con el paso del tiempo mis heridas se incrementaban, un día fue una fractura, otro un esguince, otro un resfriado y luego, lo que comenzó todo: Se me rompió un vaso sanguíneo.

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¿La muerte me ayudo?
Ficção AdolescenteMi vida nunca fue fácil a los ojos de los demás peor a los míos, pero me gustaba pretender que todo estaba bien aunque a medida que el tiempo pasaba, eso era más y más difícil de hacer. Ver a tus seres queridos llorar, estar preocupados las veintic...