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Martes 11 de Febrero de 2014.
Hace un rato se fue de mi casa el Kevin. Les voy a contar que paso después de que lo vi por la ventana:
Tomé una pañoleta morada y corrí hacia el baño luego pensé y corrí hacía la cocina le hice una seña desde la puerta para que me esperará, volví corriendo al baño y me empecé a lavar la sangre seca del brazo, me presione unos segundos con confort (papel higienico) y lo arrastre delicadamente sobre mi herida para sacar los coágulos de sangre, no me dolió, le di unas vueltas a la pañoleta en mi muñeca y finalmente me la até con un nudo para no mostrar las cicatrices ya que hacia mucha calor para andar con un chaleco o poleron, lastimosamente igual se me veían cicatrizes anteriores pero no llamaban tanto la atención, tenía miedo que el Kevin viera mis heridas y se aleje pero bueno, me pase el cepillo rápidamente por el cabello y salí con una sonrisa por la puerta de la cocina y el estaba hay apoyado en la reja mirando hacia el suelo, no se percató de que estaba hay, traía puestos unos jeans azules con una polera manga corta blanca con un diseño azul, derrepente me paró enfrente de el y me mira serio y de la nada saca una sonrisa hermosa y me dice que linda y yo le respondo con un gracias, abro la reja y
-adónde vamos- me dice nervioso.
-donde tu quieras, yo te sigo- respondo mirándolo a los ojos.- levanta los hombros y me mira- vamos por aquí- le digo señalando el camino de la izquierda y caminamos.
-¿porque llegaste tan tarde?- pregunto tapandome la cara con el pelo para que no vea mi expresión de tristeza.
-estuve tocando unos 15 minutos antes de que me hicieras la seña- quedé blanca, me estuvo esperando mientras yo arriba me urgia, que horrible.
-lo siento mucho, no escuche:(
-tranquila, se que valdrá la pena.- me sonroje.
empezamos a caminar a cualquier lado, converzabamos de nuestras vidas, historias graciosas. Íbamos bien cuando derrepente me di cuenta de que estaba muy lejos de mi casa
- tomemos un camino que me gusta para volver a mi sector.
-dal.. mierda -
-¿estas bien? muriendo de la risa ( se tropezó y casi se cae de cara al piso, se puso muy rojo y empezó a morderse el labio, creo que eso hace cuando tiene vergüenza).
-si, es que el camino esta malo hay-
-ñe, si la hormiga era cabezona, tranquilo- le digo mientras pegó unas palmaditas en su hombro riendome.
Luego de llegar a mi sector fuimos al cerro que estaba enfrente de mi casa, nos sentamos en las escaleras y comenzamos a jugar con algo parecido a la tiza que salía de la muralla, me trataba de manchar la cara y la ropa y yo cuando lo intentaba se me tiraba encima, al final me sacó mi panñoleta y yo ya me había olvidado de mis cortes, se limpió las manos con mi pañoleta y luego me limpió delicadamente la cara, nos quedamos mirando fijamente unos segundos y se acercó a mi, pero yo me corrí hacia al lado y lo abrace.
Fuimos a la plaza de la esquina de mi casa y nos subimos la casita, le vende los ojos y lo tire por el tobogán, me dio gusto que se dejará, luego lo lleve hacia mi casa aún con los ojos vendados por mi pañoleta, el iba tocando las rejas de mis vecinos y se pinchó con una parte filuda, fue muy exagerado y me hizo reír, se quitó la venda y se miró la mano, sólo tenía un raspon, no se porque pero lo tomé de la mano y bese la herida, luego caminamos de la mano hasta llegar a mi jardín y nos sentamos y el trataba de botarme del asiento tirándose encima de mi y varias veces trató de acercar sus labios a los míos y lo yo lo esquive al rato llegó mi madre y se lo presenté, mi mamá como siempre que me ve con alguien me manda al supermercado a comprar -.-
Cuando íbamos saliendo del super yo me acerqué por la espalda y le tape los ojos con la bendita pañoleta y el me dijo con voz sería "ya dejame", me sentí horrible, camine más rápido y el me abrazó por atrás... y te dejaré hasta aquí diario porque me dio sueño, mañana te sigo escribiendo.

El diaro de un dolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora