La Cuenta Del Hotel Pago

127 44 11
                                    

Más tarde, Abigail se levantó a las once de la mañana y se extrañó al no ver a su esposo al lado de la cama. Comenzó a llamarlo y a buscarlo en toda la habitación. Pensó que se había ido a buscar algo de comer. Luego de media hora, se levantó, fue al baño y se vistió para ir a buscarlo.

Pasó una hora y comenzó a angustiarse. Desesperada, veía por la ventana por si miraba a Francisco entrar. Finalmente, salió de la habitación y vio al encargado que estaba en el vestíbulo.

--Buenas tardes, joven.-- dijo muy emocionado.

---No ha visto a mi esposo por aquí, llevo horas buscándolo. No me dejó ningún recado.--- dijo preocupada.

-- No, yo no lo he visto desde anoche.
¡Qué raro! No le avisó que iba a salir.--- quedó pensando.

--- no me dijo nada.--- contestó extrañada.

--- Bueno, ¿le gustaría acompañarme a comer? Es la hora de almuerzo y siempre como solo, y como puede ver, no tengo clientes.--- mencionó aquel tipo haciendo una sonrisa de lado.

---¡No! Disculpe, solo quiero ir a buscar a mi esposo.--- respondió en tono serio.

---Comamos y luego lo buscamos, ¿le parece?.--- insistió.

--Está bien. Usted conoce este pueblo mejor que yo.-- agregó Abigail.

Se dirigieron a la cocina, que estaba toda sucia y había rastros de comida por todos lados. Él le indicó dónde debía sentarse.
Ella vio todo el lugar mientras se acomodaba en la silla del pequeño desayunador.

Él fue a la estufa y comenzó a remover la sopa mientras buscaba los platos y las cucharas para empezar a servir.

--- A mí me encanta la sopa, quedó deliciosa. Seguro le encantará a usted también.--- exclamó el mientras servía aquel platillo.

Se sentó con ella quedando uno enfrente del otro. Abigail estaba tan preocupada por Francisco que comenzó a llorar mientras tenía la cuchara en su mano.

---Pero coma, no me vaya a despreciar.-- dijo él mientras tomaba sorbo tras sorbo.

--- lo siento, es que no dejo de pensar dónde se fue Francisco ---

Abigail se sintió apenada y tomó varias cucharadas de aquella sopa. En espacio de unos minutos, ella dejó de comer. Algo llamó su atención.

-- El sabor de esta sopa es diferente, ¡qué raro! ¿De qué es?.--- preguntó extrañada, tratando de adivinar su sabor.

-- "Es mi favorita".-- respondió el sonriendo el encargado.

Si te gustó el capítulo, apóyame dando una estrella y comenta. Muchas gracias.

Un Grito DesgarradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora