Un lugar en las estrellas

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Un lugar en las estrellas


Estás de pie sobre la baranda que has escalado diez minutos antes, los dedos de las manos lastimados por el metal oxidado y helado. Las luces de los autos te deslumbran por segundos, tus instintos te piden que cubras tus ojos con tu brazo, pero no lo haces por miedo a caer. Piensas que es ridículo, porque estás ahí para tirarte.

Quizá esa sea la diferencia: No te caerás, no será un accidente.

No sabes mucho pero esperas que todo pase muy rápido, esperas morir mientras caes o al menos no sentir por más de medio segundo el dolor cuando tu cráneo se rompa contra el capote de algún auto. Primero pensarán que ha sido un accidente, que has atravesado la calle corriendo sin mirar a los dos lados, por más que sea una autopista transitada. Luego, la familia que se encontrará dentro del auto estará tan alarmada que de primera instancia ignorará el hecho de que has caído sobre el coche y que no te pudieron haber golpeado con el costado. Alguien gritará desde los autos vecinos cuando vea la sangre y tu cuerpo desfigurado, la mujer y los niños que vienen en el coche se cubrirán los ojos con desesperación.

Lo piensas, pero sigues agarrándote con fuerza a un metal que cuelga sobre tu cabeza, manteniendo el equilibrio para no caer por accidente, no será un accidente. Miras los autos, hay decenas de luces que provienen de ellos, y el ruido te deja sordo a tu propio llanto, pero el humo no puede hacer nada con la visión nublada que tienes por las lágrimas.

Entonces alguien gritará y no tendrás tiempo para voltear o para siquiera pensar en soltarte porque una mano te tendrá por el suéter y te jalará hacia atrás. Tu cabeza rebotará en el suelo 2 veces y tu visión se volverá negra por 3 segundos. Escucharás sus gritos pero no podrás decir qué es lo que grita. El hombre que te ha jalado fuera del borde y te ha regresado dentro del puente peatonal no será más que un chico de tu edad. Su voz temblará cuando llame a una ambulancia o una patrulla o algo que ni siquiera la operadora entenderá porque el chico no sabrá que es lo que debe pedir en esos momentos.

Tu visión se volverá a aclarar con el paso de minutos que se sentirán como segundos, abrirás los ojos y lo primero que veras será el cielo estrellado, el humo de los autos, pero sobre todo los destellos en el cielo.

Después sentirás unas manos bajo tus brazos y el sonido de una sirena a lo lejos, puedes ver luces azules y rojas reflejadas en el metal cerca de tu cabeza. Entonces serás alzado en brazos y alguien se debatirá entre ponerte sobre la camilla o meterte así a la patrulla. Alguien mencionará que tu cabeza está sangrado y alguien más dirá que no es una herida profunda, pero que podría haber una hemorragia interna.

Entonces no sabrás cómo ni cuándo es que has llegado a un hospital, y buscarás nuevamente el cielo estrellado pero no verás nada más que un techo blanco con focos que volverán a deslumbrarte. Alguien llamará a tu padre y el teléfono sonará 4 veces antes de que conteste. Entonces el cigarrillo se le caerá de la boca y la botella de la mano, escuchará lo que has hecho y cómo es tu estado, tu padre escuchará en silencio.

El chico que te ha jalado de la camiseta estará en la sala de esperas sin razón aparente, su bicicleta roja estacionada en algún rincón bajo la lluvia de Abril que ha empezado a caer. Mirará su teléfono varias veces en un minuto, preocupado porque su madre reciba el mensaje de en dónde es que está, sin dar muchos detalles. También estará preocupado por ti.

Pasarás la noche en el hospital y a la mañana siguiente te darán de alta no sin antes hablarle a tu padre sobre un psiquiatra que sabes que no puede pagar. Saldrás de la habitación caminando con lentitud, como si quisieras que nada de eso estuviera pasando. Llegarán a la recepción y tu padre se asegurará que el seguro familiar que le dieron por pelear en Vietnam cubra tus gastos de hospital. Tus ojos buscarán mirar a cualquier otra parte y tus dedos jugarán con el borde de tu camisa, entonces alzarán los ojos cuando escuches pasos acercándose a ti, tus ojos se encontrarán con otro par un poco más oscuros.

Un lugar en las estrellas  {Ryden}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora