3

460 42 6
                                    

Anne guardó la carta en su mochila y se fue a casa. Por el camino iba pensando en como pudo enamorarse de él. Colin dejó de parecerle atractivo cuando se enteró de que fumaba. No quería ni acercarse a él, se le hacía imposible.

—¡Hey, Anne! ¡Espera!

—¿Qué quieres ahora, Colin?

Colin bajó las escaleras corriendo y rodeó a Anne con su brazo izquierdo.

—Apártate de mi.— Dijo asqueada.

Colin se rió.

—No me has dejado ninguna nota.

—No tengo porque hacerlo...— Respondió fríamente.

Colin apartó su brazo.

—¿Por qué no?

Se acercó al oído de Anne y apartó un mechón que caía delante de su oreja.

—Dame la nota.— Susurró lentamente.

Anne lo apartó de un empujón y siguió caminando sonrojada. Él agarró su mano y la trajo hacia su pecho.

—¡Suéltame Colin!

Ella intentaba zafarse, pero no lo conseguía.

—Está bien, yo te suelto.

Anne cayó al suelo de espalda.

—¿¡Qué te pasa!?— Escupió la chica de cabello castaño.

Se levantó y se fué indignada y dolorida a casa. Sacó la nota de su mochila y la rompió por el camino.

«Estúpido...»

Estos Cigarrillos son TuyosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora