Visitas...

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-Sábado, sábado, bendito seas- murmuro dando vueltas en mi hermosa y cómoda cama, de la cual no pienso levantarme solo para comer e ir al baño, definitivamente en las cosas que más amo, entrarían mi cama y los sábados, esos hermosos días en los cuales puedo quedarme en cama todo el bendito día, sin hacer absolutamente nada y...
-¡Emily, baja ahora mismo a ayudarme con el aseo de la casa, recuerda que hoy tendremos visitas y debemos de dar por lo menos una barrida a toda la casa!- grita mi madre desde lo que supongo, es la cocina.
Genial, lo que más me gusta en esta vida, es despertar un sábado, salir de la cama y ponerme a limpiar para recibir visitas que no me interesan en lo más mínimo. Soy mala al decir eso de las visitas, lo se, pero no con todas, esta es la excepción, se los contare todo... Hace aproximadamente 5 años, salimos de "vacaciones" mis padres, mis 2 hermanos mayores y yo, para mi fue un caos, viajamos 5 benditas horas para llegar a una granja, la cual era hermosa, pero como el mundo me odia, los animales literalmente se volvían locos al verme y cuando salía de la cabaña siempre terminaba embarrada de algo, mientras mis padres y mis hermanos tenían las mejores vacaciones de sus vidas yo contaba los días para poder regresar, 3 noches antes de venirnos mis padres conocieron a una pareja, más o menos de 35-38 años, con los cuales congeniaron por dos razones 1.- no llevaban a sus hijos Y 2.- eran extremadamente divertidos, lo admito, así que desde esa noche empezaron a frecuentarse y hasta la fecha lo siguen haciendo, aunque ahora solo por teléfono y skype, literalmente mis padres se la pasan hablando de ellos en la mesa, mientras yo me dedico a ignorarlos, y ahora resulta que vendrán a pasar vacaciones de verano en mi casa, mientras no me separen de mi hermosa y preciosa cama todo bien por mi.
-¡Lo consultare con mi almohada!- le gritó a mi madre temiendo su respuesta, con una sonrisa malévola en mi rostro.
-¡¿Cómo que lo consultaras con tu almohada?! ¡Levántate ahora mismo, no quiero subir a tu cuarto y tener que sacarte de tu cama a sartenazos! ¡Te cuento hasta 3 para que bajes y me ayudes!- genial, es increíble que mi madre me quiera contar hasta "3" con 17 años de edad, pero como aprecio mi vida, baje antes de que llegara a 3, baje tan rápido que creí que me caería de narices.
-A la orden- dije inmediatamente poniendo un pie en la cocina, con postura de soldado y la mano en mi frente.
-Así me gusta- dijo mi madre con una sonrisa de orgullo y superioridad- barre toooda la casa, limpia los baños y prepara las habitaciones para huéspedes, tus hermanos se están encargando de lo demás- bueno es menos de lo que pensé.... Esperen, ¿dijo habitaciones?...
-¿Cómo que habitaciones?- le pregunte con el ceño fruncido
-Si al parecer, por fin conoceremos a toda su familia- genial, lo que faltaba... Espero tener suerte mínimo con esto...
-De acuerdo, ya me voy... Ah! Por cierto no me incumban en sus planes, ya hice los míos ...- claro, conociéndola me mandara por un tubo...
Después de haber barrido la casa, me dirigía a una de las habitaciones, cuando escucho la canción de Wiggle salir de la habitación de Alex, mi hermano de 18 años, lo se, mis padres no tenían tele, sigilosamente me asome por su puerta, que estaba entre abierta, admirando un baile "sensual" por parte de él, no les mentiré, es tremendamente guapo, y sinceramente, lo quería mucho al igual que Marcos de 20 años, ambos son altos, atractivos, de piel bronceada y ojos de color avellana, las diferencias que tenían era que Marcos tenía un cuerpo de dios griego nivel 100, mientras que Alex iba en el nivel 80, Marcos tenía una voz más gruesa que Alex y barba partida, pero aún así ambos son muy guapos, divertidos y encantadores, lo cual hacía que las chicas babearan al verlos y a mi me mataran con sus miradas cuando íbamos juntos, lo cual era muuy seguido.
-¡muévelas más y te las compro!- le grite divertida y chiflandole desde la puerta muerta en risa, volteo sorprendido pero divertido, empezó a caminar seductoramente hacia mi, por lo cual salí corriendo a las habitaciones de huéspedes a acomodarlas antes de que terminara bailando con él, mientras me iba escuchaba su carcajada, haciendo que se me contagiara.
Después de terminar mis obligaciones me bañe y cambie adecuadamente para recibir la visita, después de eso me iría a la cama, para matar el tiempo le mande un mensaje a Stefany, mi mejor amiga desde hace 8 años, siempre he preferido calidad a cantidad, pasadas ya 2 horas tocan el timbre y sospecho que es la visita, pero cuando mi mamá grita eufóricamente lo confirmo, bajo a saludar amablemente, recibiendo todo tipo de halagos de la señora y el señor Sánchez, seguidos por mis hermanos, después nos presenta a sus hijos, una hermosa niña de 9 años y a 3 apuestos. chicos de nuestra edad aproximadamente, creo que esto será interesante...

Nosotros no elegimos a quien amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora