MY LIFE ✓

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                               P I M E R     C AIO.

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Mi nombre es Melissa,  tengo quince años y soy de España, Vivo con mis padres y mis dos hermanas, El amor de mi vida, futuro esposo, MIguel. Mi vida no es perfecta como muchos creen, bueno, en realidad la vida de nadie es perfecta, cada día me doy cuenta de cómo va al abismo este mundo. 

Me asome por la ventana para ver si veía a alguien que conocía, pero solo veía a la gente pasar y al cálido sol que los abrazaba, ¿era tanto el aburrimiento? Por Dios, que vacaciones tan aburridas, y aun así ya faltaban prácticamente ocho días para volver a la escuela. Sonó el timbre, me detuve y por un momento pensé que era mi novio, pero al asomarme por un lado de la ventana para que no me viera, vi detalladamente y era Steven, un amigo que no veía hace unos cuantos meses. Corrió mi hermana menos a ver quién era, la cogí del brazo y le dije:

 —No te asomes, es un amigo y no lo quiero ver. —Le dije yo. —Déjeme, mi mamá me mando. —Respondió. En ese momento me dio un golpe en la mano, estaba tan molesta que la cogí del brazo y le pegue un puño en su antebrazo. Así que salió corriendo a la habitación de mis padres y empezó a llorar. Mi mamá se levantó de la cama y empezó a regañarme, estaba tan molesta que empecé a llorar, quería irme, así que baje rápidamente las escaleras, al llegar a la puerta, sonó de nuevo el timbre, me latía el corazón a mil, pensando de nuevo que era Steven, pero presentía que era mi novio, al abrir la puerta mire fijamente y no había nadie, asome la cabeza y allí estaba miguel, sentando en el andén, mi corazón aun latía mas rápido, parecía que se iba a salir de lo nerviosa que estaba al verlo. Me seque los ojos y suspire, se levantó del andén y me sonrió.

—Muñoz... ¿qué hace?—Me dijo y su mirada reflejaba alegría, pero a la vez tristeza, no podía entender la razón.—Amm... nada, solo iba de salida.—Dije yo, me le acerque y le di un beso en la boca, el intento evitarme, pero no lo hizo. En ese instante miro para un lado y le hacía señas a alguien.—¿Con quién andas?—le pregunte.—Ando con un amigo, no se preocupe.—Miguel no suele tutearme.—¡Ah! ok, acompáñame entonces donde una amiga que viene a quedarse acá en mi casa.—¡Sí! claro, vamos.—Llamo a su amigo y nos fuimos los tres a la casa de mi amiga Jeimy. Estaba demasiado molesta, y mi mente solo pensaba en aquel mensaje que le había dejado, pensé en que fui muy dura pero un poco realista, en verdad quería huir. Mientras caminábamos, me abrazo, me miro y me dijo:—¿Que tiene? usted no es así.—Lo mire y le baje la mirada al instante.—¡Nada! enserio, no tengo nada, solo ando un poco distraída... eso es todo.—Respondí. Me cogió de la mano y yo puse mis ojos en blanco y me sonrió, parece que me hizo sonrojar y para que no lo notara lo abrace fuertemente. Cada abrazo de el era como si me fuera y volviera de esta vida, me hacía sentir mejor, me sentía segura, con fuerzas y alivio. Al pasar las avenidas siempre me abrazaba fuertemente y caminaba rápido, en verdad que él se preocupaba mucho por mi.—¿Por qué me proteges tanto?—Le pregunte.—Porque usted me importa mucho y no quiero que nada malo le pase, y mucho menos que me deje solo.—Agache la mirada y sonreí, ¿cómo era posible que siempre tiene una respuesta para todo lo que yo le preguntara?—Quien iba a pensarlo—Comente yo. Al llegar a la casa de Jeimy, sentí ese rencor que aun guardo en mí, por a verse ella cuadrado con mi ex novio, pero siempre pensaba que si mi ex no hubiese conocido a Jeimy, yo no me hubiese fijado y mucho menos enamorado de Miguel, así que no me arrepentía de nada. Solo esperaba que Miguel al verla no quedara flechado o algo parecido, ya que ella no era fea, era muy bonita y mejor que yo en físico, pero en lo inteligente y forma de pensar, era mejor yo, ella era demasiado hueca, claro, para algunas cosas. Salió Jeimy de su casa, se detuvo y nos miró a los tres, se acercó y le presente al amigo de miguel, en ese entonces David y también a Miguel, eso me dolió, pero bueno. En ese entonces miguel me dijo:—No es fea como yo pensaba que era...—Apreté los dientes y suspire.—Pero de qué sirve ser bonita, si es hueca y mala amiga... Por lo que veo, le copea a todo chico que se le atraviesa, aun así teniendo novio.—Puse los ojos en blanco, escuchándolo, pensé en que tenía razón y le dije:—Así es.—No podía creerlo, de un momento a otro se le acerco a David y se fueron adelante los dos, mientras yo hablaba con Miguel. Pero aun yo, me sentia preocupada, por que aun no habia visto el mensaje, ese mensaje no salia de mi mente.

Me sentía absolutamente confundida, pero pensándolo bien, no fue un error después de todo al enviarle ese mensaje, solo fui sincera y dije lo que sentía, ojala no se molestara. Después de unas horas llegamos a un parque, en realidad que me molestaba mucho la presencia de Jeimy, nos sentamos en una banca, mientras Jeimy contaba sobre su típica vida, nadie la callaba, pero David y Miguel le prestaban mucha atención, ¿que pensara miguel? ¿Pensara, quizás que ella tiene mejor humor que el mío? ¿Que no es amargada y que yo sí? ¿Qué es mejor novia que yo? tenía miedo de que callera en los falsos encantos de Jeimy que siempre suele utilizar, solo esperaba que no me fallara y que nada de lo que pienso, este pasando por su mente.

 —Acompáñeme a traer la maleta. —Dijo Jeimy. —Claro... vamos—Dijo miguel. En el camino de regreso, Miguel le contaba a Jeimy la historia de cómo me había conocido. Yo solo me quedaba callada, y mientras él iba contando, yo me acordaba y me echaba a reír, en realidad que con Miguel, pase momentos incomparables, únicos y que jamás voy a olvidar. Al llegar a la casa de Jeimy, la acompañe al apartamento para que sacara su maleta, en ese entonces David y Miguel se quedaron afuera hablando. Jeimy se demoraba, así que decidí quedarme abajo esperándola con los chicos. Al acercarme a los dos, me pareció escucharlos hablando de Jeimy y de mí. —¿Cierto que usted le tiene como un fastidio a Jeimy?—Me pregunto David. En realidad si… sí que tenía cierto odio y rencor hacia ella, pero lo disimulaba. —Amm… si, un poco, por lo que me hizo, eso es todo. —Pero no era cierto, la odiaba por creerse mejor que las demás chicas, por ser tan superficial, ya que podía tener al chico que le plazca, solo que ella, era esa persona que confiaba en mí y me copeaba en todo, nunca me dejaba morir, por eso la aceptaba.

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