De no haber sido por Natalia, no lo hubiera hecho. Pero Natalia es mi mejor amiga. Tenía que apoyarla. Así que cuando propuso que jugáramos escondite Inglés, fingí que estaba de acuerdo.
Llevábamos 4 días en la finca de los abuelos de Natalia se nos estaban agotando las ideas. Queríamos jugar algo en lo que todos, niños y niñas, estuviéramos involucrados, pero no se nos ocurría nada hasta que Natalia se acordó del juego que le habían enseñado sus primos de Guadalajara, cuando íbamos en sexto de primaria. Aunque ya estábamos grandes como para un juego así, de todas formas sentí como se me iba haciendo un hueco en el fondo del estomago cuando Natalia daba las instrucciones.
- las niñas se esconden y los niños tienen que ir a buscarlas- explicó Natalia -. El niño que encuentre a una niña puede besarla.
- ¿en la boca? - preguntó Matías
- obvio. Si no ¿en dónde más?- dijo Pablo, el primo de Natalia, riéndose.
Para la mayoría de las niñas de nuestra escuela, Pablo era el niño más guapo. Tenía el pelo rubio, ojos claros y nariz perfecta. A mí no me gustaba. Se la pasaba presumiendo de las niñas que había besado, aunque Natalia decía que no debíamos creerle ni la mitad de lo que presumía.
- el beso puede darse en la boca o en el cachete - contestó Natalia, y yo respire aliviada. Creo que Mariana también.
- ¡así que chiste! - exclamó Pablo.
- este juego suena tonto - se quejó Tomás.
- ¿prefieren pasarse toda la tarde, sentados en la terraza, aburridos, como ayer? - dijo Valeria - nadie ha propuesto algo mejor.
De todas las niñas de nuestro grupito, Valeria era la más agrandada y le encantaba hacerse la que nada le impresionaba. Incluso empezó a decir que había jugado escondite Inglés miles de veces.
- ¿no podemos ver una película? - preguntó Sergio, que tampoco parecía muy contento con la idea.
- la tele no sirve - contestó Pablo.
- ¿y porque no vamos al pueblo a dar la vuelta? - preguntó Mariana.
Habíamos ido al pueblo todos los días y ya no queríamos volver a salir. Así que todos terminamos aceptando el juego de Natalia. ¿Y si me tocaba besar a Matías, que tenía frenos en los dientes? O Pablo, que sin lugar a dudas sería el más atascado.
Estaba sintiendo los mismos nervios que sentí en la fiesta de fin de primero de secundaria, cuando jugamos botella. Como un pellizco que me impedía respirar bien. En esa ocasión, mis papás me recogieron antes de que me tocara a mi, pero ahora no había posibilidad de eso.
Natalia había convencido a sus papás y sus abuelos de invitar a varios amigos a pasar unos días en la finca, durante la última semana de vacaciones de verano. Ella había invitado a tres amigas y Pablo a tres amigos. Mañana vendrían a recogerlos a todos, aunque yo iba a quedarme dos días más, y me regresaría con Natalia el domingo antes del inicio de clases.
De pronto desee que ya se hubieran ido todos y que solo estuviéramos Natalia y yo.
- las niñas nos escondemos primero y los niños tienen que contar hasta 50- dijo Natalia
- ¿hasta 50? ¡Estás loca! Vamos a contar hasta 10- dijo Pablo.
- bueno entonces hasta 25- dijo Natalia terminando la discusión.
Como siempre, los demás nos quedamos callados observando. Pablo y Natalia se la pasaban discutiendo para ver quién tenía la razón. Aunque la verdad, los dos eran igual de mandones. Solo que Natalia era mi mejor amiga y siempre podía contar con ella para que estuviera a mi lado y con Pablo nunca se sabía.
Pablo terminó aceptando las condiciones de Natalia y los 4 niños se voltearon hacia la pared para comenzar a contar
"1,2,3,4..."
Las niñas salimos corriendo y yo me fui directo hacia el huerto de la finca.
"...8,9,10,11..."
Llegue al huerto y comencé a buscar sitios para esconderme. Al igual que cuando jugaba a las escondidas de niña, me dieron ganas de hacer pipí justo cuando tenía que ocultarme.
"...15,16,17,18..."
El corazón me latía fuertísimo y como no encontré ningún sitio para esconderme, seguí corriendo. Hasta el fondo del huerto había unos arbustos altos que de niña me daban mucho miedo. Los cuidadores de la finca decían que había serpientes. Pero no me importó. Seguí corriendo hasta que deje de escuchar a los niños contando. Ya estaba bastante lejos. Vi una barda de madera vieja y medio destartalada. Me escondí detras, recargué mi cabeza sobre la barda y me puse a imaginar mi primer beso.
Nunca había besado a un niño, así un beso en serio, en la boca. Tampoco Natalia. Y habíamos prometido que la primera en dar un beso se lo tenía que contar a la otra. Y no es que no quisiera ser la primera. Solo que no quería que fuera con cualquier niño. Quería que fuera con alguien especial y en un momento especial. Ninguno de los niños tontos de mi escuela me gustaba.
Me había imaginado muchas veces mi primer beso. Me veía saliendo con un niño que fuera muy guapo y a la vez tierno. Me veía caminando con el de la mano, mirando las estrellas. Entonces, el me diría algo muy romántico y cuando yo volteara a verlo...
-¡Clara! El juego termino hace años. Ya sal de tu escondite- gritaba Natalia.
No me había dado cuenta del tiempo que había pasado. Salí de atrás de la barda, cruce con toda la calma por el huerto y llegues donde estaban los demás.
-¿dónde estabas?- preguntó Natalia.
- escondida- respondí tranquila.
Voltee a ver a las niñas. ¿quiénes se habrían besado? Valeria y Matías se veían algo nerviosos. Natalia y Tomás estaban tranquilos. Pablo no podía dejar de ver a Mariana. Volvimos a jugar un par de veces más hasta que Sergio propuso que hiciéramos otra cosa. Estuvimos de acuerdo.
😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌😌
Holaaaaa ¿ les gusta? Se va a poner más interesante.
No sé cuándo publicaré.
![](https://img.wattpad.com/cover/56766768-288-k915805.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Clara se escribe con K
AdventureClara va a la secundaria y sueña con recibir su primer beso. Parece que nada podría alterar su tranquilidad, hasta que su mundo comienza a tambalearse tras leer una carta que revela un secreto de su familia. Esta situación hace que cuestione su iden...