8. «Trobules»

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– Mierda esa chica está ardiente – dijo Dean mientras estallaba en carcajadas – ay hermano, estoy demasiado ebrio – Sean le dio un trago a su cerveza – jodete Sean, solo has bebido dos cervezas –

– Dean, sabes que no tomo – dijo Sean.

– Bella tampoco y mira, lleva 4 cervezas – Bella se sonrojó.

– Tres de echo, no me eh terminado esta – Sam tosió.

– Como sea, el punto es que no has bebido nada – dijo Dean.

– Estoy más que bien así –

– No señor, eso jamás – Sam sonrió con malicia.

– ¡Camarera! – la joven que los había estado atendiendo camino hasta la mesa donde se encontraban – tráiganos 3 cervezas más, solo para el – apuntó a Sean – y si no las acepta le cobraran por todo lo que hemos consumido – la camarera observaba a los chicos con diversión y confusión.

– Claro – la chica se fue.

– Son unos idiotas – gruño Sam.

Una hora después...

– ¡Sean! – grito Dean.

– ¿Qué? – dijo Sean en medio de carcajadas.

– Ya vámonos – dijo Dean.

– ¡No! – grito Sean – la noche aún es joven –

– Sean, llevas casi 7 cervezas – dijo Sam.

– Ocho de echo – Sean resbaló y callo cerca de la barra.

– Vámonos – demandó Sam.

– Bueno... – Dean ayudó a Sean para llegar al auto mientras que Bella ayudaba a Sam. Sam y Dean estaban en la parte de atrás y Sean estaba sentado de co-piloto, Bella conducía, era la única cuerda.

– ¿A dónde iremos? – pregunto Bella.

– Lleva a Sean a su departamento, Dean se queda en mi casa – Bella conducido hasta el edificio donde Sean vivía, aparcó el auto frente a este y bajo.

– Ven Sean, te ayudaré – Bella soporto el peso de Sean sobre sus hombros mientras ella lo ayudaba a caminar con pasos torpes hasta su departamento.

– G-Gracias Bella – Sean a duras penas logró introducir la llave en el cerrojo y abrir la puerta.

– No fue nada – ella sonrió.

– Hasta mañana – Sean estaba peligrosamente cerca de Bella, sus respiraciones se mezclaban, sus miradas se conectaban, y sus labios estaban peligrosamente cerca.

– Claro... – y como si ambos lo hubiesen pedido a gritos, se besaron, un dulce y rápido beso. Luego de ese pequeño momento mágico, Bella se fue. 

Mierda

¡Imbecil! ¡Deja de pensar en ella! ¡Carajo! ¡Recuerda la regla cuatro! ¡Jamás te enamores! ¡Nunca! ¡Nunca!

If you never shoot you'll never know...

Reglas de un boxeadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora