– Mierda esa chica está ardiente – dijo Dean mientras estallaba en carcajadas – ay hermano, estoy demasiado ebrio – Sean le dio un trago a su cerveza – jodete Sean, solo has bebido dos cervezas –
– Dean, sabes que no tomo – dijo Sean.
– Bella tampoco y mira, lleva 4 cervezas – Bella se sonrojó.
– Tres de echo, no me eh terminado esta – Sam tosió.
– Como sea, el punto es que no has bebido nada – dijo Dean.
– Estoy más que bien así –
– No señor, eso jamás – Sam sonrió con malicia.
– ¡Camarera! – la joven que los había estado atendiendo camino hasta la mesa donde se encontraban – tráiganos 3 cervezas más, solo para el – apuntó a Sean – y si no las acepta le cobraran por todo lo que hemos consumido – la camarera observaba a los chicos con diversión y confusión.
– Claro – la chica se fue.
– Son unos idiotas – gruño Sam.
Una hora después...
– ¡Sean! – grito Dean.
– ¿Qué? – dijo Sean en medio de carcajadas.
– Ya vámonos – dijo Dean.
– ¡No! – grito Sean – la noche aún es joven –
– Sean, llevas casi 7 cervezas – dijo Sam.
– Ocho de echo – Sean resbaló y callo cerca de la barra.
– Vámonos – demandó Sam.
– Bueno... – Dean ayudó a Sean para llegar al auto mientras que Bella ayudaba a Sam. Sam y Dean estaban en la parte de atrás y Sean estaba sentado de co-piloto, Bella conducía, era la única cuerda.
– ¿A dónde iremos? – pregunto Bella.
– Lleva a Sean a su departamento, Dean se queda en mi casa – Bella conducido hasta el edificio donde Sean vivía, aparcó el auto frente a este y bajo.
– Ven Sean, te ayudaré – Bella soporto el peso de Sean sobre sus hombros mientras ella lo ayudaba a caminar con pasos torpes hasta su departamento.
– G-Gracias Bella – Sean a duras penas logró introducir la llave en el cerrojo y abrir la puerta.
– No fue nada – ella sonrió.
– Hasta mañana – Sean estaba peligrosamente cerca de Bella, sus respiraciones se mezclaban, sus miradas se conectaban, y sus labios estaban peligrosamente cerca.
– Claro... – y como si ambos lo hubiesen pedido a gritos, se besaron, un dulce y rápido beso. Luego de ese pequeño momento mágico, Bella se fue.
– Mierda –
¡Imbecil! ¡Deja de pensar en ella! ¡Carajo! ¡Recuerda la regla cuatro! ¡Jamás te enamores! ¡Nunca! ¡Nunca!
If you never shoot you'll never know...
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Reglas de un boxeador
Novela JuvenilRegla número uno: no tengas piedad. Regla número dos: no le creas al enemigo. Relega número tres: mantente fuerte. Regla número cuatro: nunca te enamores. Regla número cinco y la más importante: jamás te rindas.