¿Aprendiendo A Ser Militares?

1:Caídas brutales de escaleras

Sally POV's:
Desperté con los rayos de...
— ¡Sally, que te levantes, es tarde! —gritó la melodiosa voz de mi madre, nótese el sarcasmo por favor.

Ahora sí, tenía los rayos de sol en la cara cuando mi madre abrió la cortina.

—¡Mamá! —me levante tirando al suelo el cobertor.— ¡La luz! ¡Me quema!— grité moviéndome en la cama como si estuviera muriendo.

13 de diciembre, el día más esperado. El campamento Fantasy empezaba, todos los años viajaba con mi mejor amiga Lana a el campamento.

Siempre queremos saber qué hay de nuevo; qué chicas se taturon,  qué chicos dejaron de venir y quién más entraba año a año.
Cabe recalcar que la mayoría de ellos estaban buenos.

Totalmente somnolienta bajé las escaleras, apoyándome en la pared. De uno a otro momento tenía mi cara en el suelo.

—¡Por Dios! ¡Sally!— chilló mamá, yo solo respondí alzando un brazo para indicarle que estaba bien...  O eso creía. Con rapidez me levanté del suelo y fui a sentarme en la mesa, o más bien en la silla... Bueno, ustedes entienden.

Una taza de cereal de colores estaba frente a mis ojos. Esperaba unos pancakes con miel y un jugo de naranja pero no se le pueden pedir milagros a la vida tan seguido. El autobús llegaba a las doce y media, mi casa era la primera parada.

— ¿Firmaste el contrato? —le pregunté a mamá, por hablar con la boca llena terminé atragantándome con una cucharada de cereal.

—Sí, tres meses y con la guía Beatriz.—respondió, sentándose en la mesa

Necesitaba llegar ya, por favor.
Oh eso fue mi móvil

De: Lana Olsen
Para: Sally Rose
¿Preparada?

De: Sally Rose
Para: Lana Olsen
Claro que sí, estoy más preparada que la Nutella.

Lana es mi mejor amiga, desde hace 3 años. Nos conocimos en el campamento cuando nos castigaron por no hacer educación física.

Cada año ansío que llegue el campamento por lo mismo, no aguanto pasar mucho tiempo sin ella.

《 el gato voladooooor, el gato voladooooor》
Volvió a sonar mi móvil,  esta vez es una llamada de Lana.

— ¿Hola?

— ¡Sally! —chilló tan fuerte que tal vez reventó mis tímpanos.

—Lana... No hagas eso, duele.—dije frotando mi oído, como si eso llegará a funcionar.

—Lo siento, ¿ya estás lista?

—El autobús sale a medio día, son las diez de la mañana.—Dije aún frotando mi oído.

— ¿Qué? El autobús sale a las diez y treinta Sally.

— ¡Maldición! —grité y colgué el teléfono.

Subí las escaleras lo más rápido posible, por dicha ayer tenía todo en orden. Me quité la blusa antes de entrar al baño para ganar tiempo,una vez no hace mucho tiempo hice eso y no me di cuenta que habían invitados en mi casa. Dejando a un lado mi anécdota salí ya limpia del baño.

— ¡Mamá no es justo que me dijeras que el autobús sale a las doce cuando era a las diez! —grité, estaba estresada, muy estresada.

— ¿De verdad? Juro que yo te lo había informado.—dijo desde su habitación.

Dios ser hija es tan difícil en estos días.

Rodé los ojos y me terminé de vestir, ese sería un gran día, lo tenía por seguro.

N/a:
¡Hola chicos! Nosotras somos Rainbow (?) y Valeria, y hemos decidido hacer esta historia juntas. ¡Esperamos que les guste! Si les gustó, voten y comenten y si no igual je.
¡Besos!

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