Despues del castigo

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Era otro día de escuela, me daba igual ir o no ir, nadie me conocía y eso me gustaba.

Estaba parado frente a mi casillero. Eran las 12:15. A esta hora siempre llegaba el chico mas lindo de la escuela después de su entrenamiento. Era capitán del equipo de fútbol americano y siempre me gustaba mirarlo.

Su nombre es Michael Clifford. Su casillero estaba frente al mio y como todos los días llego a la misma hora rodeado de sus amigos y las zorras de las porristas.

Me quede con la espalda pegaba al metal de mi casillero viendo como reía. Me gustaba pensar que lo hacia con migo.

Mordí mi labio inferior jugando con mi lengua sobre el aro de metal que estaba en el.

Los ojos de Michael se conectaron un momento con los mios y me dedico media sonrisa. Sentí como me ardían las mejillas, probablemente sonrojadas, le devolví la sonrisa y temblando un poco me fui de ahí.

Entre a mi clase de Biología y me senté al fondo. La imagen de Michael sonriéndome se me vino a la mente.

"¡MICHAEL CLIFFORD ME HA SONREIDO!" Gritaba dentro de mi mente.

Eso quería decir que él sabia que yo existía. Una débil sonrisa se formo en mis labios.

-Hemmings- escuche lejana la voz del profesor.

Parpadee varias veces para alejar a Michael de mi mente y mire al profesor un poco sonrojado.

-Venga a mi escritorio- se escuchó como todos hacían un "uhhh" general. Me puse de pie y camine hacia el escritorio donde el profesor estaba llenando un papel. -Lleve esto con usted a detención

Tome de mala gana el reporte y salí del salón. Mientras caminaba por el pasillo me dispuse a leerlo.

Reporte de detención.

Alumno: Luke Roberth Hemmings
Razón: No prestar atención a clases.
Detalles: Es la tercera vez esta semana.

Puse los ojos en blanco, sabia que era cierto. Entre al salón de detención y se lo entregue al prefecto.

-Esto es muy raro señor Hemmings- me dijo tomando el reporte-. Dos horas.

Fui a sentarme al fondo, solo había tres chicos a parte de mi. Uno de esos chicos raros que no se metían con nadie, una chica que se encontraba pintándose las uñas y uno de los amigos futbolistas de Michael.

Por el castigo perdí el autobús de la escuela y me dispuse a caminar a casa. Antes de salir del edificio regrese al salón de biología y tome mi mochila.

Cuando caminaba por el estacionamiento me coloqué los audífonos y puse a Nirvana. A lo lejos vi como caminaban todos los chicos de fútbol y pude ver claramente a Michael despedirse de sus y caminar hacia su auto.

Siguí caminando y escuche que alguien gritaba mi nombre cuando la canción cambiaba a otra. Mire a todas partes y vi como el auto de Michael se detenía a mi lado.

-¿Te llevo?- me pregunto cuando me quite los audífonos.

-No te preocupes- le dije evitando desmayarme. ¿Por que lo rechazaba? Michael Clifford, el chico mas guapo de la escuela se ofrecía a llevarme-, puedo caminar.

-No digas tonterias- dijo abriendo la puerta del copiloto-. Vives a diez kilómetros de aquí.

Solté un suspiro riendo y subí al auto. Michael con esa media sonrisa comenzó a conducir.

5SOS SmutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora