Ya no llora, pero escribe.
Ya no se enamora, pero lee.
Ya no cree, pero sonríe.
Y en esa ausencia tan inmensa, sigue respirando belleza.
CXX
Ya no llora, pero escribe.
Ya no se enamora, pero lee.
Ya no cree, pero sonríe.
Y en esa ausencia tan inmensa, sigue respirando belleza.