La historia de mi madre y de Tony, perdon de Papá

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Liv Halliwell era una Valquiria, ellas eran hermosas mujeres vírgenes con el don de curar entre otros, estaban encomendadas a llevar a los caídos de las batallas a Vahalla para que allí se recuperaran. Como gran parte de las Valquirias, Liv era hija de un guerrero de alto rango del reino. Su madre era una de las acompañantes de la reina Frigga. Conocía a sus hijos Thor y Loki quienes eran muy jóvenes en ese entonces. Liv quería ser libre, sabía que era muy poderosa y no merecía ser una sirvienta, no deseaba ser más una Valquiria así que un día después de su trabajo llevó su mirada hasta el Bifrost. Al cabalgar por el puente arco iris y llegar frente a este volvió su mirada al castillo de Asgard. Sería la ultima vez que lo vería.

-Sé a qué has venido Liv Halliwell

-Déjame pasar Haindall.

-Ningún Asgardiano atraviesa el Bifrost sin autorización del Padre de todo.

-Lo sé. Pero no deseo ser mas una sirvienta.

-Eres más que una sirvienta, eres también una hija de Odín como las demás Valquirias, tu lugar es aquí.

-Ya no quiero serlo.

-Tendré que llevarte con el Padre de todo para que te haga recapacitar.

-No, no iré.

La chica se movió rápida hasta Haindall y lo golpeó, él se defendió sin lastimarla pero ella era persistente. Haindall dejó escapar un movimiento y ella se apoderó de la espada. El guardián del Bifrost fue rápido y la interceptó hasta atraparla antes que abriera éste. Le quitó la espada y la dejó inmóvil en el piso. La llevó con el Padre de todo y tuvo un juicio. Los jóvenes Thor y Loki escuchaban las duras palabras contra la chica. Al final fue exiliada, atacar al guardián del Bifrost, más las acusaciones de desacato la hicieron perder al menos la oportunidad de ser encarcelada en Asgard por un tiempo. Así que fue exiliada a Midgard. Un mundo de hostilidad y devastación. Lleno de hombres desalmados sin una conciencia razonable. El peor de los castigos para un Asgardiano.

Liv fue abandonada en un callejón de New York. Llovía a cántaros en la ciudad. La chica gritaba a Haindall para que abriera el Bifrost pero no hubo respuesta.

La mujer vendió sus joyas para comer y comprar algo de ropa, vivió en una pensión por un tiempo y trabajó como mucama en un fino hotel. Su inteligencia y disciplina la hizo subir puestos rápidamente. Se adaptó completamente en cuestión de un año.

-Liv ¿estás lista para hoy?

-No, no voy a ser una invitada, debo observar que todas las mesas estén bien colocadas, servilletas, centros de mesa, organizar a los meseros...

-Tranquila, pero prometeme que vas a disfrutar aunque sea un poco.

-No lo sé, no me gustan éstas clases de actividades. Sé que es para bien social, muchos niños huérfanos serán beneficiados pero no me gusta que los ricos vengan a lucirse con sus abrigos de pieles y den sus sobras a los pobres.

-Habrán invitados importantes.

-Sí, pero igual, ellos no me conocen a mi. No me interesa.

-Anthony Stark se presentará, es su primer patrocinio frente a la empresa de su padre para la organización.

-¿Quién es Anthony Stark?

-¿Es una broma?

-De verdad no me interesa.

-Oh, no sabes lo que dices.

-Iré a buscar más manteles.

La noche transcurrió, Liv seguía supervisando la operación de la actividad. Todos los invitados eran magnates empresarios y gentes importantes.

La hija de Tony StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora