Capitulo I

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"Iba camino a la Plaza Central de mi pueblo en la tarde de 1934 , mientras pensaba: "¿Realmente a quién le importa la vida de los demás?", tal vez estos pensamientos sean poco comunes en una chica de 15 años pero para mí es normal, porque desde que fallecio mi padre no he podido pensar en otra cosa que no sea la muerte... Pero de repente una mirada interrumpió mis peculiares pensamientos, él me miraba con atención, sus grandes ojos verdes brillaban y yo no podía dejar de pensar en otra cosa que no fuera su mirada..."

Desperté de repente con los quejidos de mi madre:

- ¡¡Levántate Elizabeth levántate levántate!! - decía ella mientras me sacudía - Vas a llegar tarde a la plaza, hoy te quiero trabajando desde las 5 de la mañana hasta las 5 de la tarde

Intente protestar, ya que el horario era demasiado fuerte pero ella ya estaba saliendo de mi habitación mientras cerraba la puerta tras un golpe, así que no me queda más opción que salir a trabajar, me vestí y sali por la puerta principal de mi hogar.

Mi madre siempre ha sido así conmigo, ella cree que soy una máquina de trabajo, ya con mis 20 años sigue dándome órdenes y no creo soportarlo más, mi madre siempre ha escogido para mí los trabajos más duros mientras ella solo se enriquece con mi esfuerzo; nunca e intentado oponerme a sus decisiones porque a pesar de todo ella sigue siendo mi madre.

Al llegar al mercado saqué las frutas de la canasta y me dispuse a organizarlas en el mostrador; mientras seguía con mi labor puede divisar a lo lejos a José Faure, el economista del pueblo.

-¿Reconsideraste mi propuesta?- me dijo mientras arreglaba su opulento bigote de forma orgullosa.

- No tengo nada que reconsiderar, mi desición ya esta tomada- dije mientras lo miraba con una mueca de asco.

José golpeó el mostrador con furia y se alejó no sin antes decir:

- Ya lo veremos, algún día serás Elizabeth de Faure- y sin más se alejó con una mueca burlona en el rostro.

José Faure me ha pedido en repetidas ocasiones que sea su esposa, y siempre le he dado la misma respuesta: "¡No!" Pero él parece no entender, va a hacer lo imposible para conseguir lo que quiere. Mi madre no sabe de estas propuestas, y no le he contado porque temo que intente sacar provecho de ellas.

José puede tener todo el dinero del mundo, pero yo te esperaré por siempre Robert Fontaine.

EL AMOR Y OTRAS GUERRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora