Capítulo 11

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~Empezando A Recordar~
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Mi cabeza dió vueltas, haciéndome que me tomara de los brazos de la persona a mi lado para no caer.

-Tu eres ________, ¿cierto?-Dijo la extraña criatura.

-Si, ¿por qué?-Dije frunciendo el ceño.

Tomó un saco y me metió en él.

-¿Estás bien?-Jack me tomó fuertemente de los hombros para no caer.

-Si, si, estoy bien.-

-¡Regresamos!-El Hada se acercó.-¿Puedo ver tus dientes?-Me miró con una sonrisa, fruncí mi ceño y abrí mi boca para contestar pero ella metió su mano rápidamente en mi boca.-¡Wow! Que dientes tan lindos.-Sacó su mano de mi boca.

-Eso me pareció un déjà vu.-Dije en un susurro.-Tooth.-

-Dime querida.-

-¿Tu sabes los nombres de todos los niños?-

-¡Claro! Sé en donde viven, cuántos años tienen, que comen, si están felices, si están tristes...-Habló rápidamente.

-Tooth, calmate.-Habló Bunny, ella sólo susurró un lo siento.

-¿ Y cómo sabes eso?-

-Pues, cuando a los niños se les caen los dientes de leche, todas sus memorias están guardadas en unas cajitas que igualmente contienen sus dientes, eso hace que se cree una especie de conexión entre ellos y yo, puedo saber todo los que los niños hacen.-

-De casualidad, ¿no tendrás mis dientes? Quiero saber cosas de mi pasado.-Tooth sólo rió nerviosa.

-Veré si los encuentro.-Miró a todos lados con esa sonrisa nerviosa, haciendo que mi ceja izquierda se arqueara.

-Esta bien.-Dije poco convencida.

-¿Tienes hambre?-Preguntó Norte.

-No, estoy un poco cansada, iré a mi habitación.-

-Esta bien.-

Mi recorrido fué lento y silencioso, ¿por qué ellos actúan extraño? ¿estarán escondiendo algo?. Llevé mi mano hacia la perilla de la puerta, la giré y entré en la habitación, me eché de espaldas en la cama con un gran suspiro.

[...]

Mi ojos se abrieron al sentir el calor del sol en mi cara. Me levanté y fui directo al baño, me quité mi ropa y me metí en la ducha. Al salir, me envolví el cuerpo con una toalla y me cepillé mis dientes.

Salí del baño y me acerqué a mi mochila, de ahí saqué un sueter de lana color vino, una falda color negro y unas medias del mismo color, me coloqué mi ropa y fuí hacia el baño, me agache para ver si había un secador de cabello, por suerte lo conseguí y sequé mi cabello. Ya desenredado y seco me coloque mis botas para salir de la habitación.

El hambre todavía no me había atacado, cosa que me pareció extraña, así que sólo fuí a caminar por los pasillos del taller.

Mis pasos eran lo único que se escuchaba sobre la madera, mi caminar fué interrumpido por una luz que salió de una habitación, me acerqué "Tocar la puerta antes de entrar" leí en mi mente, coloqué mi oído en la puerta para ver si no había nadie en la habitación, no se escuchó nada, abrí la puerta.

Al entrar miré varias mesas grandes con herramientas sobre ellas, a su lado había un estante lleno de delicadas figuras de hielo, una mesa llena de galletas se encontraba al final de la habitación junto con una silla un poco pequeña con ruedas.
Miré a mi alrededor, buscando la cosa que causó ese brillo, no había nada, me di media vuelta, tomé la perilla, otra vez el brillo.
Me dí vuelta, ahí, entre todas la figuras de hielo, se encontraba una que a pesar de ser pequeña, resaltaba más que las demás.

Me acerqué lentamente, la tomé entre mis manos, la esfera tenía colores muy diferentes a los demás, colores cálidos y colores fríos flotaban dentro de la esfera. Otra vez la luz apareció, haciendo que cerrara mis ojos por unos segundos.

"Rompela"

¿Qué?

"Esta bien, rompela"

¿Por qué?

"Es para el bien de todos"

Miré la hermosa esfera, esa voz que me hacía sentir segura seguía, confíe en ella.

Los trozos de hielo volaron por todos lados, un fuerte dolor de cabeza se hizo presente, haciéndome perder el equilibrio. Mi cabeza palpitaba y quemaba, mis manos estaban en ella para tratar de calmar el dolor.

Los recuerdos se hicieron presentes rápidamente, mi cabeza dolía mucho más, haciendo que de mis ojos salieran lágrimas.

Me levanté lentamente y salí de la habitación con furia.

[...]

El viento soplaba fuertemente en el Polo Norte, las ventanas se abrieron repentinamente, asustando a los Guardianes.

-Jack si esto es otra de tus bromas, no te vas a imaginar lo que te haré.-Dijo Norte tratando de cerrar una ventana.

-¡No soy yo! No haría algo así, lo haría peor.-

La puerta a abrió de golpe, haciendo que los Guardianes se pongan en posición defensiva.

-¿Por qué no me dijeron nada?-

-¿De qué estas hablando?-

-Lo he recordado, todo.-Su cara estaba roja por la rabia que sentía.-¿Por qué no me lo dijeron?-

-Luna no quería que lo supieras.-

-¿Mi padre? ¿¡Mi padre no quería que lo supiera!? ¡¡Esto es una porquería!!-Dijo saliendo volando por una de las ventanas.

*Editado*

Hija De Sol Y Luna IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora