Capítulo 14

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14.

Se fueron entre risas hacia la cabaña del castaño, que se tambaleaba y hablaba a duras penas. Derek lo sostenía por la cintura, con toda su entrepierna pegada al trasero de Stiles. De vez en cuando tropezaban por andar agarrados de esa forma, pero el castaño se negaba a separar el culo de la erección de Derek. Se sentía demasiado bien.

Abrió la puerta y dejó pasar al moreno. Luego entró él, y antes de cerrar a sus espaldas ya estaba acorralado contra la entrada. Derek estaba cerca, muy cerca. Tanto que podía oler su colonia y el champú que había usado en la ducha de antes de la cena. Imaginarlo en la ducha lo hizo jadear, y al tenerlo tan cerca exhaló sobre los labios de Derek.

—¿Qué te pasa, Stiles? —murmuró repasando su rostro con los ojos verdes que al castaño le volvían loco. Tragó saliva.

—Eres tú lo que me pasa.

—Me alegro —dijo con media sonrisa.

Siguió observándolo, como si quisiera aprenderse de memoria todos y cada uno de los lunares del rostro de Stiles. El chico se lamió los labios con anticipación, omitiendo un suspiro al sentirse desnudado con la mirada (aunque esperaba que pronto el moreno decidiera que la ropa era un pecado para la cabaña y se la quitaran los dos) por el mayor.

—Me va a dar algo si no me besas, Derek —gimió quejumbroso, haciendo reír al otro.

—Me gusta mirarte —susurró pegando lentamente su pelvis y su pecho al castaño, que seguía en la puerta intentando no desmayarse ante la sobreexcitación que sufría por el contacto de ambos cuerpos.

—¿Por favor? —rogó, con la mirada fija en la boca del moreno, y luego subir la mirada hasta los ojos verdes de Derek, que llameaban de deseo.

—¿No puedes besarme tú?

—Es que quiero que me empotres un poquito contra la puerta —dijo esbozando una sonrisa idiota, envalentonado por el alcohol. Derek apretó los labios como si estuviera pensándoselo. Stiles hizo un puchero y ante esa exhibición del labio inferior del castaño, el otro gruñó y se lo intentó quitar con el índice.

Antes de que pudiera quitarlo, Stiles le lamió el dedo. Al principio fue inocente, pero la cara de le puso Derek hizo que sonriera y abriera la boca, dejando que entrara con lentitud, rozando el dedo con la lengua y mirándolo fijamente. Cuando se metió el dedo por completo cerró la boca, y el moreno pudo jurar que no se había corrido con eso de puro milagro.

La boca de Stiles era un milagro para la existencia humana. Y sólo le estaba lamiendo el dedo, pero vaya forma de hacerlo. Estaba caliente y húmeda, y ahogó un gemido cuando sintió la succión y el movimiento de lengua que hizo el chico. Lentamente fue sacando su índice, hipnotizado por los labios de Stiles que lo rodeaban hasta que finalmente lo sacó.

Hubiera jurado que se había empalmado aún más, y que los pantalones corrían el riesgo de romperse. Jodido Stiles, y todo eso lo había hecho por no darle un beso y empotrarlo "un poquito" contra la puerta. Pues la venganza en ese caso sería en caliente.

Empujó con todo su cuerpo el del castaño, haciendo bastante ruido al echarse ambos en la puerta, y ocupó con rudeza la boca de Stiles, encontrándose con su maldita lengua intentando plantarle cara a la de Derek, pero el moreno estaba tan tremendamente excitado que prácticamente violaba la boca del otro, que sólo podía soltar gemidos ante el doble ataque a su boca y a su erección, la cual no dejaba de recibir roces de la entrepierna del otro.

—Derek joder... Derek —jadeaba intentando enlazar dos ideas, con la lengua del moreno aún en su boca.

—¿El empotre no está a su gusto? —murmuró alejándose un poco de él. Pero tampoco mucho, porque temía que Stiles no supiera cómo quedarse de pie.

Titan #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora