Capítulo 25

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Rogue.

-¿Ya me puedo retirar Profesor?-pregunté.

-Si por supuesto, regresa antes de la cena-

Salí de la enfermería a paso ligero colocándome mi chaqueta de cuero nuevamente.

En la mañana me desperté muy temprano, Kurt se había ido y estaba sola. No dormí casi nada, pesadillas me atormentaban, hasta que finalmente decidí ir con el Profesor para que me explicara los asuntos anteriores. Me sorprendió encontrarlo despierto, pero igualmente me dijo que lo mejor seria que me realizara un escaneo mental para comprobar la si las barreras que el había impuesto ante mis recuerdos y la consciencia de Mis Marvel, sin embargo el resultado no estaría listo hasta en doce horas. Así que decidí salir. 

No era el tipo de chica a la que le gusta ir de compras, pero ya que no tenia nada que hacer y me habían prohibido ir a cualquier misión (a petición de Logan), lo mejor seria distraerme. 

Tomaría el auto descapotable de Bobby y tomaría un helado. 

Cuando salia de la mansión vi un cuerpo que saltaba la muralla del Instituto y ese mismo cuerpo aterrizaba gloriosamente en el asiento justo al lado mio con una gracia envidiable.

-Hola, cherié. ¿Ibas a dejar solo a Gambito en la mansión?- cuestionó.

-Gambito, ¿qué haces aquí?-

-Acompañarte, cherié-

Giraba la cabeza para poder ver el camino y a Gambito al mismo tiempo, él estaba recostado cómodamente en el asiento y jugaba con unas cartas.

-¿Te apetece un helado?- preguntó.

-¿Me has estado espiando?-

-Claro que no, cherié-

Lo miré alzando una ceja, su respuesta fue demasiado veloz, como ensayada por si lo descubrían haciendo algo malo, señal de que mentía. Levanto los brazos en señal de rendición.

-¿Desde cuando?-

-Desde que saliste de la enfermería-

Reí, era un completo descarado, pero era una gran persona.

-Solo quería acompañarte, pasarla bien un rato. Hay mucha tensión en la mansión- declaró-. Y quería ver como estabas, como te sentías, cherié. Luego de lo de anoche, claro-

-Me siento mal obviamente, aunque no lo recuerde.-

No respondió. Seguimos nuestro camino en silencio hasta el centro comercial.

**************

-¿Qué van a desear?- preguntó la empleada de la heladería.

-Un helado de vainelle para mi, fille- respondió Gambito.

La muchacha lo quedo viendo desconcertada por lo ultimo, pero igualmente anoto el pedido en su pequeña libreta.

-¿Y para tu novia?- cuestionó. Yo me ruborice.

-No soy su novia- aclaré.

-Claro- dijo sarcásticamente -. Igual debo tomar tu pedido así que...

-Uno de kiwi, por favor- 

-Bien-

La muchacha se retiro y miré a Gambito, él sonreía de oreja a oreja.

-¿Y a ti que te hace tanta gracia?-

-Somos una linda pareja- se encogió de hombros.

Me puse mas roja, si era posible. Luego nos pusimos hablar de la mansión, de como le iba al adaptarse y luego el se quejo de que el "lobo" le ponía entrenamientos extra en la Sala Peligro y que generalmente esos entrenamientos consistían en peleas contra él, donde él que peor terminaba siempre resultaba ser él mismo.

*************

-Vuelva pronto- dijo la empleada.

Había encargado un helado extra para Kitty y lo pedí para llevar. La muchacha nos lo estaba entregando, pero antes de salir por la puerta escuchamos lo que le gritó a Remy.

-Y vuelve a traer a tu novia por aquí- 

-¡Que no soy su novia!- le grite.

-Vamos cherié, acéptalo, déjalo fluir- dijo Gambito.

Yo lo quede viendo mal y le di un codazo en el estomago, el se doblo por el dolor.

Cuando llegamos a la mansión ya era de noche, nos habíamos pasado todo el día en el centro comercial y nos divertimos mucho. Fue genial. Al entra él dijo que tenía algo importante que hacer, yo le agradecí por el gran día y me dirigí a la habitación de Kitty.

-Pase -gritó.

-Hola Kitty, te traje helado-

La habitación de Kitty era color rosado pálido, era el tipo de habitación que toda adolescente desearía. Postes de bandas pop colgaban en las paredes junto a fotos familiares, un escritorio de madera con una computadora sobre ella, una cama llena de almohadas de corazón y sabanas rosas, aunque había un poco de ropa esparcida por la habitación. Me sorprendió ver a Tabitha junto a ella en su cama y con pijamas puestas.

-Hola Rogue- saludaron ambas.

-Traía helado, pero tendrán que compartir- advertí. 

Me senté junto a ellas y empezamos a conversar, Kitty hablaba demasiado de Bobby, pero se le paso cuando Tabitha dijo que él no era tan guapo como John a lo que ambas la quedamos viendo raro, hasta que admitió que era el tipo de chico en el que se fijaría.

-Pero no soy la única- dijo Tabitha de forma pícara-, hay un francés encantador que va alguien- me codeo.

-Eso no es cierto- me defendí.

-¿Ah si?- preguntó Kitty- ¿Y donde estuviste en todo el día?-

-En el centro comercial- respondí.

-Con Gambito- correaron ambas.

-Bien- admití-. Es lindo.

Kitty gritó de una forma histérica.

Gambito.

Caminé hasta adentrarme en el bosque que rodeaba la mansión y ver un gran búho observándome fijamente hasta que descendió hacia donde yo estaba y se transformó en una mutante de piel azul, cabello rojo y ojos amarillos.

-Mística -saludé.

-Dime Gambito, ¿ya lograste lo que te he pedido?- preguntó.

-Por supuesto, Gambito siempre obtiene lo que se propone- respondí.

De mi bolsillo trasero saqué una pequeña bolsa de plástico que contenía un pequeño cabello blanco de Rogue y se lo entregué.

-Bien. Creo que esto será suficiente para Mister Siniestro- dijo, examinando la muestra de ADN-. Buen trabajo, ladrón.-


X-MEN [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora