Capítulo 1

788 23 0
                                    

Ya han pasado un poco más de 2 meses desde la última vez que hablé con Rochi, soy un tarado debí haberle dicho todo lo que me pasaba hace siglos. Ahora ya es tarde...la extraño, no paro de pensar en ella ni de día ni de noche. Lo último que supe de ella es que se tituló de Enfermera, me imagino lo feliz que debe haber estado, y yo también, me sentí orgulloso de su logro, pero sólo fui capaz de ponerle un " me gusta" a su estado de Facebook.

-Soy un maldito cobarde

Creo que porfin logré alejarla de mi. Cuando comenzamos la Universidad, yo moría por ella, pero ella ni me registraba, hasta que pasados unos meses comenzamos a tener una conexión especial, y ahí me asusté. Intenté acercarme mil veces y mil veces me alejé; hasta que llegó el momento de irme al sur del país, y allí mi miedo se incrementó, no quise sufrir, ni menos que ella sufriera, por eso intenté no hablarle, pero creo que el corazón a veces le gana a la razón.

Hoy me muero por hablarle, daría lo que fuera por uno de sus mensajes, por esas conversaciones en las que siempre me termina retando porque yo sólo me rió. Es que no puedo evitarlo, me pongo tan nervioso cuando hablamos, que no puedo armar ni media frase.

-Aaaaay, no sé que hacer-digo mientras tiro un cuaderno contra la pared, y luego lloro un poco para desahogarme.

Podrán decirme que soy una nena por ésto, pero nadie que haya estado de verdad enamorado, puede decir que el amor no duele, porque si lo hace, y mucho.

Decido salir a caminar, es tarde y hace un poco de frio, bueno, como siempre, que otra cosa puedo esperar si vivo en el extremo sur del país. Espero que este frio refresque un poco mis ideas o congele por un rato estos pensamientos.

Me siento en la banca de una plaza e inclino mi cabeza para que mire hacia el cielo, luego cierro los ojos por un momento.

- ¿Mucho en que pensar?




Quien no arriesga, no ganaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora