Es tu culpa (Jason x Tim)

Sabio es el que sabe esperar

Para el día siguiente Tim ya estaba en otra ciudad europea, para su mala suerte la policía ya estaba buscando su alias civil como un terrorista, claro, luego de semejantes explosiones como no irían a pensar eso, pero con un poco de suerte podría avanzar hasta su destino sin ser atrapado, pero, oh, la suerte no estaba de lado del adolescente, los policías quisieron arrestarlo y los asesinos del anterior día le salvaron dando a conocer su verdadera identidad, Tim Drake o mejor dicho Tim Wayne hijo adoptivo de Bruce Wayne y que suspuestamente venía a arreglar negocios de la empresa de su padre.
A partir de ése momento, Tim a regañadientes empezó a trabajar hombro con hombro con criminales, se sentía mal, definitivamente había entrado al lado negro, ya no estaba en la zona gris, eso creía,aunque todo ello valió la pena. Habían viajado hacia el desierto, la última de las pistas de Red Robin llevaba ahí y entre todo el lugar dentro de una cueva lo encontró por fin; Una señal de Batman, la prueba de que Bruce estaba vivo, la alegría fue tal que quería ponerse a gritar.
- Chicos, nos vamos.- Al salir vio que sus acompañantes estaba siendo atacado, el clan de las arañas apareció y las cosas se complicaron, mataron a los dos chicos que ya consideraba compañeros, cortaron la garganta de Prudence la chica y lo apuñalaron a él. Luego de ello no recuerda más que haber despertado en una cueva donde se hallaba un pozo de Lazaro, un escondite de la liga de asesinos con los que al parecer ahora estaba "trabajando" ¿Creen que ya todo se había complicado bastante para Red Robin? Pues aún había más, la hija de un amigo de su Padre (Adoptivo) había ido a buscarlo a petición de éste y al dar con él se entero de todo, de su vida como "Super héroe" y de sus trabajos en la línea gris de la moralidad, ahora debía protegerla. Además, el líder de todos le había hecho una propuesta.- "Trabaja conmigo y tendrás acceso total a todo, cámaras, equipo y hombres. Yo quiero ayudarte, también me interesa saber lo que sucedió con el detective."-
¿Increíble no? Que uno de tus enemigos te crea más que tu propia familia, por supuesto sin contar a Jason, pero Tim evitaba tocar ése tema en su mente, ya tenía suficiente en la cabeza como para darse el lujo de tener otro sufrimiento emocional que no fuera la "muerte" de Batman, entonces ¿Porqué todos los días pensaba en él? Aunque fuera solo por un minuto, el rostro de Jason venía a su mente al igual que su arrepentimiento.

-Joder...- El ojiazul seguía conservando ése look de lunático, el tiempo se le acababa y por el bien de todos tomó una decisión: Haría uso de los recursos de la orden y encontraría la forma de destruirla desde dentro.

Mientras tanto en Gotham.

Red Hood había vuelto al camino de lo que se conoce como el bien, daba rondas de patrulla para encontrar criminales, ¿Los hería? Sí, ¿Les disparaba? Si, ¿Los mataba? No, porque escuchaba una voz en su cabeza diciéndole que no debe hacerlo y recuerda un par de orbes hermosos y celestes mirándole con desaprobación, definitivamente estaba perdido ni siquiera podía trabajar en paz sin que la imagen de Tim cruzara su cabeza, su maldición aún le perseguía y es que el menor le seguía pareciendo hermoso, ése estilo descolocado le iba bien pero solo como algo pasajero claro.
Como fuera, los días pasaban y no había señal de que el babybird fuese a regresar y Jason parecía cada vez más desmotivado. En una noche Dick le llamó, le dijo que había una fuga en Arkham que necesitaba su ayuda y aunque a Red Hood le hubiera gustado decirle que se jodiera y fuera mucho muy lejos, pero estaba intentando "Ser bueno" Así que decidió aceptar.

*******

Las cosas no estaban pintando bien, entre los fugados habían algunos criminales peligrosos como Deathstroke y el Joker, y por la rivalidad entre el primer Robin y el mercenario estos de inmediato comenzaron a luchar, dejando así como contrincante para Red Hood a el payaso psicópata, trató de centrarse solo en la batalla, en atraparlo, pero las sombras del pasado no le dejaban en paz y su sangre hervía cada vez que el peliverde esquivaba uno de sus ataques o sus balas.