Caminaba por los largos pasillos del instituto mirando a toda aquella gente que preparaba el festival para celebrar juntos la última noche del año. Una tradición absurda que a Aomine no le gustaba nada. Él siempre pasaba aquellas tradiciones en su azotea, mirando los fuegos artificiales desde un lugar privilegiado, sin ajetreo de la gente, sin agobios.
Miró al otro lado del pasillo viendo a sus compañeros de equipo, éste era el último año que jugaría con ellos, todos se iban a la universidad, carreras diferentes, facultades diferentes, todos entrarían en equipos distintos de baloncesto y la competición entre ellos estaría a la orden del día. Sabía que Kise y Akashi serían duros rivales en la liga pero... no eran los que le preocupaban sino Kuroko. Siempre había tenido un sentimiento especial por Tetsu, era su alma gemela, se entendían a la perfección en el campo y separarse ahora de él después de tantas victorias juntos, de tantas jugadas perfectas... eso le suponía un gran esfuerzo.
- Aominecchi – escuchó Aomine que le llamaba Kise y se sonrojó un poco molesto caminando hacia ellos.
- Deja de llamarme así, Kise – comentó – sabes que lo odio.
- Qué aburrido eres – le dijo sonriendo pero Aomine miró hacia Tetsu que bebía un refresco - ¿Qué haréis esta noche? Podríamos quedar todos juntos y pasar la última noche como un equipo, al fin y al cabo es la despedida del equipo.
- Odio las despedidas – comentó Aomine.
Aomine se marchó hacia clase y fue a sentarse en su sitio cuando se asustó al ver a Kuroko allí sentado encima de su mesa con las zapatillas apoyadas en el asiento de su silla mirándole con los ojos muy abiertos mientras absorbía de la pajita del refresco. La cara de Aomine fue todo un poema, ni siquiera se había dado cuenta cuándo había entrado ese chico y se había sentado en su mesa.
- ¿No vas a venir entonces? – preguntó Tetsu con su rostro inexpresivo habitual al terminar con el refresco.
- No creo – comentó Aomine viendo cómo Kuroko zarandeaba el bote del refresco comprobando que no quedaba nada.
- ¿Por qué no? Yo quería que vinieras – le dijo aún inexpresivo y Aomine se sonrojó levemente.
Aomine miró al resto de su equipo que giraban todos la cabeza hacia sus cosas y fingían hablar. Entendió que habían mandado a Kuroko a hablar con él sólo porque sabían la debilidad que tenía con ese chico, todos querían que aceptase ir con ellos a la hoguera esa tan rara que hacían en el centro del patio del instituto. No le apetecía nada ir pero al ver los ojos saltones de Kuroko mirarle fijamente, se sonrojó aún más.
- Está bien, iré – dijo apartando la mirada de Tetsu finalmente.
- Gracias – le agradeció Tetsu para su sorpresa.
Vio cómo aquel chico de extraño cabello azulado se marchaba lentamente entre las mesas buscando la suya cuando el profesor entraba a clase. Se quedó estático mirando su elegante caminar, era un chico tan dulce y tierno, algo inexpresivo pero lo entendía por la familia que tenía, siempre ocupada en cosas, no era para nada como la de Aomine que siempre le apoyaban en todo, ese chico se había criado solo y había sufrido la indiferencia de todo el mundo, era invisible excepto cuando jugaba al baloncesto, entendía perfectamente su carácter como Tetsu entendía el de Aomine. Al llegar Tetsu a su mesa, se sentó y sonrió a Aomine volviendo a sonrojarle.
- Aomine, siéntate – le insistió el profesor y le hizo caso.
Aomine pasó el resto de la mañana sin prestar la más mínima atención a clase y en el primer cambio que hubo, se marchó hacia la cancha de baloncesto. Todo estaba muy tranquilo y es que las clases continuaban. Aomine era el único que se estaba saltando las clases con tal de practicar algunos lanzamientos, aunque realmente ni le hacía falta practicar, encestaba desde cualquier ángulo imposible y todos sabían que era bueno pese a no ser el capitán del equipo.
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Un hilo para los rivales (Kuroko no Basuke, Aokuro)
FanfictionUna tradición del instituto cuenta que si dos personas se atan con un hilo azul estarán unidas para siempre. Aomine que no se cree en absoluto esa idea, acaba convenciendo a Kuroko de hacer la prueba la última noche del año. Como Aomine suponía, nad...