Capítulo 3

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La noche había llegado pronto. Prepare lo necesario para dormir una noche fuera de casa, todo lo metí en una mochila y salí por la ventana evitando hacer ruido.

Camine unas cuantas cuadras y llegue a mi destino. Estaba a punto de entrar cuando la vi.

Nunca en mi perra vida había visto un cuerpo tan perfecto como el de ella. No era muy delgada pero tampoco era gorda. Era perfecta.

Ella se dio media vuelta, quedando frente a mí y soltó un grito.

—¡Shh! No grites.

—¿Cómo mierda quieres que no grite cuando un desconocido entra por mi ventana cuando estoy semidesnuda?

—Hey, no soy un desconocido. ¿Puedo entrar?

—¿Qué haces aquí?

—Vine a dormir. Y tengo noticias que darte.

—Es viernes, ¿no deberías estar en un club como cualquier adolescente normal?

–¿Y tú qué eres, Annie?

—¿Disculpa?

—Tu también eres adolescente por lo cual también deberías estar en un club como cualquier persona normal.

—A mí no me gusta ir a esos lugares. —Bajo la mirada y pude notar cómo se sonrojaba. Que ternura.

—¿Nunca haz ido?

—No...

—Te propongo un trato. Si te me ayudas con lo que necesito yo te llevaré a todos los lugares que quieras y conocerás más lugares y personas. ¿Te parece?

—¿Cómo es que me llevarás a todos esos lugares si no tienes auto?

—Cariño, confía en mí. Tengo auto, tengo todo para mover tu lindo trasero.

—Eres un idiota.

—Un idiota muy sexy —le corregí.

—Y pensar que me estabas cayendo bien.

—¿Te caía mal? –pregunté.

—No realmente. Simplemente no te conocía y yo no juzgo sin conocer.

—Conóceme... —La agarre de la cintura y la peque a mi.

—Ma-Mario...

—Menos habla y más acción —La dirigí hacia la pared y pegue su espalda—. Te follare tan fuerte que romperás los cristales con tus gemidos.

Ella me miró con los ojos abiertos como platos, yo no pude evitar soltar una sonora carcajada.

—Tranquila Annie, puede que creas que soy el Playboy pero te equivocas, yo nunca jugaría con las chicas.

N/A
Capitulo aburrido): En unos minutos subiré dos😏

El chico de la ventanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora