Narra Lana:
-¿Y ahora que problema tienes?- Mi madre me preguntaba mientras preparaba la comida...
Es una mujer baja y un poco gordita, tiene el pelo negro y ojos también negros, su nombre es Helen.
-Odio mi nombre!- Me quejé pateando una caja con pinturas que había en el piso.
-¿Por qué lo odias si es precioso?
-¡Porque siempre se ríen de mi nombre en clase!
-Ay Lanita...
-No me digas así, ya tengo dieciséis años para que me sigas llamando así.
-Lana por favor... No me lo hagas difícil, cariño.
-¿Eso me debe importar?
-Ve a tu cuarto, por favor.
Salí de la cocina de un portazo y me dirigí a mi habitación.
No me he presentado... Me llamo Lana, tengo dieciséis años, tengo el cabello de color morado, un pircing en la nariz, soy alta y amo los conejos.
Vivo aquí en España sin entender mucho el español pero he aprendido gracias a mis padres y al Instituto.
Tengo un conejito llamado Hiro.
Mi habitación esta llena de pósters de bandas y cantantes de Rock.
Llegué a mi habitación y me tiré en la cama, me quite las converses moradas y cogí mi móvil.
Un mensaje de Gabs:
"Hi Lana! ¿Mañana te vienes conmigo al antro?"
Contesté:
"Sí, a las 8 ven a buscarme."
De mi familia hay poco que decir, tengo una hermana menor por dos años y según mi madre yo soy su ejemplo a seguir y que por eso debo comportarme como una señorita... Sí y una mierda.
Mi padre trabaja mucho y casi ni lo veo, mamá es quien se ocupa de la casa y de nosotras.
Hace mucho que no veo a mis abuelos...
Mañana empiezan las clases en el Instituto, tras unas vacaciones repletas de alcohol, drogas, sexo y fiestas.
Yo no pretendía estudiar, la verdad eso me daba igual.
Mi vida es una constante fiesta...
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