Muchas emociones en un día - Capítulo 1

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Narra Samuel

-¡En cinco minutos te quiero en la sala!-Chillo mi madre desde el inicio de la escalera.

-Está bien, está bien- Le respondí.
Hoy era el casamiento de mi madre. Al parecer ella llevaba una relación estable de unos cuatro años, aproximadamente, y yo me vengo a enterar tres días antes de la maldita boda que estaba por celebrarse ahora mismo en el patio trasero de mi propia casa.

-Estas muy guapo Samuel...-Dijo mi madre al verme bajar por las escaleras- Pero, tu corbata esta algo asimétrica- Se acercó todo lo posible hacia mí y me "acomodo" mi prenda. Digo "acomodo" porque para mí estaba perfecta- Listo, hermoso como tu madre- Exploto a carcajadas al decir eso... Si es verdad, a mi madre no se le dan los chistes.

-No comprendo cómo puedes estar tan feliz...- Me arrepentí al decir eso ya que su sonrisa cambio de una reluciente a una mueca de inconformidad.

-Solo no me arruines esto Samuel- Dijo completamente sombría y enojada- De verdad yo amo a ese hombre, y quiero que él me despose en el altar...-Hiso una pausa para tomar aire y lograr tranquilizarse - ... Por favor, trata de ser alguien "normal"- hizo comillas con sus dedos- Por un día. Solo eso te pido.

-Pero todavía no lo entiendo madre ¡Por qué coño esperaste tanto para contarme que estabas saliendo con un hombre! ¿Acaso piensas que no lo entendería por la muerte de mi padre? Ya no tengo 10 años- La mire y me retire rápidamente de allí, de verdad no quería que me diga nada, la culpa es solamente de ella y nadie más. Es momento de que se dé cuenta de sus errores y que comprenda que yo estoy lo bastante "grandecito" para poder comprender situaciones así. ¡Tengo 22 años! Acaso todavía no lo comprende.

Camine rápidamente hacia una de las sillas que se encontraba en el jardín para poder esperar a la tortura que seguía. Eran muchas emociones en un día, ya me bastaba con que mi novio me abandonara...

-Em... Disculpe, ¿No sabe dónde se encuentra el baño?- Pregunto un chico de aparentemente 17 u 18 años que se encontraba a la derecha.

-Claro, ven te guio- Dije de mala gana para empezar a caminar hacia el baño mientras el "niño" comenzó a caminar al lado mío mientras miraba todo a su alrededor- Muy curioso, ¿eh?- Comente sacándolo de su trance y haciendo que se sonrojara.

-Lo siento, es que me gusta mucho la decoración de esta casa- Se atajó.

-Gracias- Dije rápidamente mientras le dedicaba una cálida sonrisa- Mi madre quería que todo este perfecto para hoy.

- ¡Oh, tu eres Samuel!- Chillo mi acompañante.

-¿Cómo sabes eso?- Pare en seco, me estaba comenzando a asustar este niñato.

-Ah, perdona si te asuste- Dijo mientras paraba solo unos paso adelante mío-Soy Frank, el mejor amigo de Guillermo- Sonrió y se acercó a mí.

-¿Quién es Guillermo?- Aquella afirmación me había dejado helado... ¿Quién era Guillermo? ¿El futuro esposo de mi madre? Ahora que lo pienso ¡No sé nada sobre el! Ni siquiera su nombre. Frank comenzó a reírse en mi cara, que por cierto su risa era muy contagiosa por lo que a los segundo comencé a reírme con él.

-Guillermo es el hijo de Daniel- En sus ojos brillaba una chispa de diversión mientras miraba curioso a mi reacción.

-Y... ¿Quién es Daniel?- Otra vez la misma carcajada inundo el pasillo en donde nos encontrábamos.

-¡Basta!- Tomo un bocado de aire- No me agás esto que necesito ir al baño- Ahora eran mis carcajadas las que se escuchaban.

-Lo siento, lo siento- Dije quitándole importancia- Ven, vayamos al baño antes que ocurra un accidente- Termine retomando el paso.

-¿Pero de verdad no sabes?- Pregunto curioso.

-La verdad... no sé nada de ese hombre. Lo único que sé es que se va a casar con mi madre, y esto lo sé porque ella me lo dijo hace tres días solamente- Comente algo indiferente.

-Entonces, ¿Cómo fue...?

-Aquí es- Lo interrumpí- No vemos luego- Dije saludándolo.

-¡Debes de contarme tu vida!- Lo oí gritar mientras bajaba por las escaleras. Reí ante su confianza.

-Samuel, por fin te encuentro- Dijo mi madre ocasionado que diera un pequeño salto del susto que me había dado.

-¿Qué ocurre?- Pregunte divertido, el hablar con ese tal Frank me había subido el ánimo.

-Qué bueno que ya estás bien- Dijo mientras se colgaba de mí y me daba besos en la mejilla.

-Bueno, bueno, tranquila que arruinaras tu maquillaje- Dije mientras la quitaba de encima.

-Tienes razón- Sonrió de manera dulce- Va, apúrate que ya en menos de 5 minutos empieza la ceremonia- Se acomodó el vestido y comenzó a empujarme hacia el patio.

-Está todo bien, todo bien- Me susurre para mí mismo antes de sentarme en una de esas sillas.

***

Narrador Omnisciente

La típica canción de boda sonaba por todo ese lugar, mientras la gente esperaba con ansias a que la mujer con vestido largo y blanco apareciera en escena... Todos menos Samuel, claro está.

Todas las personas presentes se pararon para recibir a la hermosa novia y al padre de esta quien la acompañaba con una reluciente sonrisa.

Un paso, una punzada en el estómago de Samuel. Estaba tan incómodo en esa escena, que no sintió cuando sus piernas empezaron a temblar y todo su cuerpo se cubrió de sudor.

La maldita caminata de las novias eran lo más lento que se podría presenciar y muchas veces se podría comparar a un caracol con estas, y el pequeño bicho iría mucho más rápido.

-El sacramento del matrimonio celebra el amor, es decir, el encuentro con el otro, la entrega mutua, la confianza, la comunicación, la aceptación, cuando el amor por el otro es la razón y el común denominador de la vida- Empezó el Sacerdote que estaba casando a ambos jóvenes- Hermanos, seamos testigo del amor que hoy le ofrecen Samanta de Luque y Daniel Diaz.

Asco, simplemente asco le daba a Samuel lo que estaba pasando. "Samanta de Luque", su madre ya no se llamaría así, pasaría a ser Samanta Diaz y eso le causaba un horrible dolor de estómago. No podría seguir en ese lugar parado, debía irse.

-Hermanos- Continuo el sacerdote- Ustedes han venido a la iglesia para que el señor consagre con su sello el amor que ustedes se tiene, para que yo, como Sacerdote, los bendiga y todos los presentes seamos testigos del compromiso que ustedes van a contraer. Así pues, ante la comunidad cristiana que representa la iglesia, yo pregunto: Samanta y Daniel, ¿Han venido aquí para contraer matrimonio por su libre y plena voluntad y sin que nada ni nadie los presionara?

-Sí, venimos libremente- Contestaron ambos al mismo tiempo, mientras se miraban y sonreían.

-¿Están dispuestos a amarse y a honrarse mutuamente durante toda la vida?

-Si estamos dispuestos.

-Que el Señor confirme este consentimiento que han manifestado ante la Iglesia y cumpla en ustedes su bendición. Lo que Dios acaba de unir que no lo separe el hombre.
- Amén- Dijeron todos, menos Samuel, quien tenía unas ganas inmensas de salir corriendo de ahí, la pregunta ahora era, ¿Por qué no hacerlo?

La ceremonia estaba llegando al final, el hijo de Samanta se encontraba pálido, y esta parte no la hubiese querido escuchar nunca en su vida.

-Daniel, puedes besar a la novia- La gota que derramo el vaso. Samuel se levantó de su asiento de un salto, llamando de la atención de todos, y salió corriendo por el pasillo que se encontraba marcado con flores.

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Palabras: 1228

Bueno, este es mi primer FanFic. No sabia si publicarlo, pero la idea esta hace mucho tiempo.

Espero que les guste.

Luly~♡♡

Al final me dijiste que síDonde viven las historias. Descúbrelo ahora