Al llegar al comedor junto con Peter, él se despide de mí.
Decido sentarme en la mesa de la ventana, donde vi a Jin aquella vez hace poco más de dos años.
La echo tanto de menos...
Ni si quiera se donde está, ni como está...
Jin...y mí madre.
A veces, por las noches, recuerdo esos buenos momentos a su lado, en los que yo tenía una infancia feliz, sin tener que preocuparme de nada.
Sabiendo donde estaban, o como a mínimo sabiendo que están bien.
Las echo de menos...
Tampoco entiendo lo que paso ayer con Oliver.
Estaba besando a otra chica.
Oliver, antes de irse, me dijo que me quería.
Hay tantas formas de querer.
Supongo que es un mundo de palabras.
Siento como unos labios rozan mis mejillas.
Hago un simple gesto apartándome, hasta que veo quien es.
-¿Cómo has dormido, pequeña?-dice Oliver entre sonrisa y sonrisa.
Parece que no ha dormido necesariamente bien.
Se sienta a mi lado -¿Y tú?- Intento que mis palabras sean nítidas al compás de mi mirada, pero con él no soy capaz.
-¿La comida es tan bonita como para no mirarme?
-Supongo.- miro un momento hacia él y veo como dibuja una sonrisa.
-Admite que no.
-Lo admito.- sonrío.
Debajo de sus ojos grises se dibujan dos medias lunas de algún color frío, encima de ellas unos trazos de colores morados y azules fundiéndose con algún que otro color gris.
-¿Qué te ha pasado en el ojo?
-Es tan sólo una mancha de dolor, nada más.- su voz tintinea como las ramas de los árboles. -No te preocupes.-
Me intento levantar de esos odios bancos de color verde del comedor.
-Anne...
No giro mi cara en ningún momento, no tengo ganas de mirarle. -Tenemos que hablar.-
-Cuando quieras, Oliver.
Sinceramente, ahora mismo, no me apetece hablar con él.
Necesito descansar un rato, llevo varias noches sin dormir bien, algo me preocupa.
El comando B está matando a niños y a algunas mujeres al crear nuevos zombies a partir de ellos para alguno de sus ambiciosos experimentos.
Tengo miedo.
No entiendo como todo esto ha cambiado de esta forma.
Sí, bueno, sí lo entiendo.
Entiendo que después de la apocalipsis zombie todo ha cambiado, no podemos vivir en nuestras casas, dependemos de un par de vallas que nos rodean, hasta nos controlan todo.
Supongo que el comando B no tiene ninguna de esas ideologías de control y estabilidad.
A veces me pregunto si no es tan malo como parece.
Sí, suena cruel, pero ¿y si no es verdad todo lo que nos cuentan? Todo lo que hablan sobre una asociación contra la sociedad que ellos mismos han creado.
Porque...dentro de este mundo que han creado hay cosas que nunca he compartido como a buenas.
No veo justo que niños de tan solo 6 años sean explotados, el tráfico de personas o de zombies.
Ni si quiera veo justo que te obliguen a luchar por tu propia vida.
No veo justo muchas de las cosas que pasan aquí, he tenido la suerte de estar aquí, sí, lo admito.
Pero a veces desearía no haber tenido esa suerte.
Sira me abraza por la espalda y eso me distrae, siempre me ha echo gracia su forma tan espontánea de abrazar.
-¿Y Pïr?- sólo con mencionar su nombre, Sira ya llega a sonrojarse.
-Sí yo te contara...- ríe.- Está durmiendo, ya que hace poco que ha llegado y necesita descansar. Hacía tanto que no la veía tan feliz. -¿Y Oliver? ¿Durmiendo también?-
-Anda calla...- le sonrío. -Ayer cuando le vi estaba besando a otra...- Sira arquea la ceja.
-Matemosle.- me coge del brazo. -No hay otra opción.-
-Que idiota eres, Sira...- me río. - Te quiero.-
-Al menos has sonreído, así que ha callar..- sigue riéndose.- Y bueno...Si te soy sincera, supongo que durante estos meses sus sentimientos habrán cambiado, quien sabe. - No entiendo como Sira siempre me entiende.-Y tu pues, mira tienes a Peter.-
-Bueno...Peter y yo últimamente estamos más distantes. - Sira vuelve ha arquear sus cejas. - Supongo por lo que me pasa últimamente.
-Anne ¿Le sigues queriendo?
-Sí.-
-¿Y qué tal si pruebas a ser un poco más cariñosa con él? ¿O decirle te quiero o algo por el estilo? ¿O a no apartarle la cara? Cualquier cosa, Anne, cualquier cosa que le haga sentir lo que sentía por esa Anne de pelo largo que jugaba a miradas enamoradizas con él, o esa Anne que le despertaba a media noche solo para decirle te quiero, esa chica dulce, que sigues teniendo dentro, aunque te hagas la dura. Anne, joder, por favor...sí realmente sientes algo por él, hacelo saber, besale, cogele de la mano, acariciale o traga saliva y pronuncia dos simples palabras. Quierele, porque él te ama.
-Sira...-me abraza.
-Venga que yo te quiero, idiota.
Me distraigo contando los copos de nieve que caen por la ventana y viendo como se funde la nieve con el frío suelo, para cuando me doy la vuelta, Sira no está.
En cuanto abro la puerta todo está ordenado y el libro de Peter en la mesa.
Hacía tiempo que no veía este libro.Recuerdo, que se lo regale a Peter cuando llevábamos menos de un año.
-"Por unas eternas sonrisas contigo, o momentos contigo, tan solo contigo."- veo en la primera hoja.- "Anne, te quiero.-
Recuerdo aquellos tiempos en los que yo y Peter eramos así, estábamos perfectamente, reíamos juntos, veíamos juntos, llorábamos juntos, lo hacíamos todo juntos.
Echo de menos esos tiempos.
Cojo el bolígrafo que hay encima la mesa; hace tanto que no escribo a mano.
"Te quería y te quiero, Anne."