Lauren
Después de ese encuentro, nos fuimos a comer. Cuando terminamos de comer la lleve a su casa para que hiciera una pequeña maleta, pero yo le decía que no iba a necesitar ropa pero ella insistió. Se tardo un gran rato en su casa, cuando regreso al auto me dijo que su mamá por poco no la dejaba salir y le tuvo que decir que tenia que ir a hacer el trabajo en casa de una amiga, que linda mi pequeña diciendo mentiras, solo para estar conmigo.
Al entrar a la casa, Camila abrió la boca viendo el gran tiradero que tenia por todos lados.
- Pero, ¿que paso aquí? ¿Un tornado?- dijo viendo a todos lado.
- No, preciosa- dije sonriendo maliciosamente.
Antes de que dijera algo mas la bese y de inmediato la cargue para llevar la a mi cuarto. Nos desvestimos entre los dos, tan rápido como si no nos hubiéramos acostado en mucho tiempo. Una vez desnudas me apresure en hacerla mía de nuevo, amaba esa sensación de estar dentro de ella, jamás me cansaría de eso. Seguimos haciendo el am...
Esta vez el tiempo se me paso volando rápido y cuando me di cuenta ya las dos estábamos dormidas, ella estaba entre mis brazos.
A la mañana siguiente, abrí los ojos y voltee a ver a Camila, pero no estaba. Me puse una camiseta grande y la busque por toda la habitación pero no estaba. Escuche un ruido en la cocina y no dude en bajar. Cuando entre en la cocina, Camila me daba la espalda, pude ver como cocinaba. Se veía tan sexy con esa playera igual de grande que la mía que le llegaba hasta los muslos y su cabello lo tenia desordenado. Me acerque a ella sin hacer ruido y la tome por la cintura haciendo que diera un saltito.
Recargue mi cara en su hombro y le di un beso en el cuello.
- Mmmmm huele delicioso- dije sin soltarla de la cintura.
- Lolo, ¿que haces aquí?- pude ver como hacia un puchero.
-¿Que no te gusta mi compañía?- le pregunte.
- Claro que me gusta, tonta- dijo volteándose y puso sus manos en mi cuello- es solo que quería llevarte el desayuno a la cama.- sonrió y yo hice lo mismo.
- Bueno si quieres me vuelvo a ir a la cama- propuse.
- No, ya estas aquí ya no pienso subir- dijo para después darme un beso y después voltearse a seguir haciendo el desayuno.
- Ok, señorita floja- le di una nalgada y me fui a sentar en la mesa que tenia.
- Auucchhh, cuidado con la mercancía- dijo dramatizando y yo solo reía.- además no soy floja, ayer alguien me hizo hacer mucho ejercicio en la noche.
- Ooh ¿enserio? Pues yo no recuerdo que ayer te quejaras.- dije.
- Cállate Jauregui- dijo riendo.
Me entrego mi desayuno, eran unos huevo revueltos, tocino, unos hotcakes, una vaso de jugo de naranja. Sabia delicioso, me comí todo lo que me dio y hasta le pedí mas. Estuvimos platicando mientras comíamos, era tan divertida esa niña, me contaba todas su travesuras que hacia en la escuela y yo no hacia mas que reír.
Una vez que acabamos el desayunos, pusimos los platos en el fregadero y yo me fui a cambiar. Cuando me estaba poniendo una playera ella entro.
- Oye, no es que te diga lo que tienes que hacer. Pero no piensas recoger tu casa- dijo- esta hecha un basurero.- yo solo le dedique una gran sonrisa.- además...- creo que capto lo que tenia en mente.- no no no no noooo, eso si que no Jauregui.
- Ooohh si, Camz- dije riendo- tienes que limpiar mi casa, por eso hice un tiradero.
- Aaggghhh por que tenia que abrir mi bocota- dijo rodando los ojos.
- Y eso es todo, Camz.
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†Mi Ginecóloga†-[Camren]|adaptada|
Teen FictionJoder no puede ser posible que una niña de 17 años me ponga tan húmeda, pero simplemente no puedo evitarlo desde que la vi la primera vez me dieron ganas de tumbarla en mi escritorio y hacerla mía... Mi peor tortura fue cuando la tuve que revisar, e...