CAPITULO 4

23 2 0
                                    

Cuando volvimos a clase teníamos optativa, y a mí, como ya había dicho, me tocaba griego. Hicimos el alfabeto y de deberes lo debíamos aprender de memoria. Aunque solo nos puso eso, por la manera de ser la profesora, deducí que pondría pocos deberes. Los acabaría rápido, pero para el alfabeto hice una captura visual para usar mi memoria fotográfica.

Música, ¡vaya mierda! Repetir esta asignatura si que me jode, con lo que la odiaba, pero la música en sí la adoro.

Física y Inglés fueron tranquilas y no me hizo falta usar mis poderes para entretenerme. Entre Melania, Bruno y yo volaban trozos de papel, cuando el profesor estaba de espaldas. Con Bruno no había hablado para nada, de lo de esta mañana. Tal vez con lo de Cloe fue suficiente como para proteger a las chicas de su clase. Cloe este año no estaba en ella, pero igualmente se tenían aprecio.

Acabé el día reventada, no sé el porqué, quizás sea que llevo medio verano yendo de la cama hasta la cocina y viceversa y la rutina me esta dejando K. O.  Como me había recomendado el médico, mi barriga estaría lista para hacer deporte al cabo de 1 hora de haber comido, así que era hora de ir a pasear.

Fue un paseo tranquilo, no me encontré a nadie importante de ida, pero si de vuelta. Cuando estaba a unos 10 metros de "mi" casa, vi que alguien esperaba en la puerta. No me sonaba de nada, y eran las 16:30.

- Hola, perdona, ¿podría entrar? Es que se nos ha colado la pelota en el jardín.

- Hola, ¿de qué color es? - no lo dejaría entrar por si acaso.

- Naranja, es del FC Barcelona. - dijo poniéndose la mano derecha en la nuca.

- Ahora te la doy. Espera aquí.

Entré, cerré la puerta poniendo una madera detrás, busqué la pelota en nuestro jardín, abrí la puerta y se la di.

- Que no vuelva a pasar - parecía mi vecina, cuando ocurría lo mismo.

- Sí, si. Tranquila. - cuando se dirigía para irse, se giró - ¿cómo te llamas?

- Ariadna, ¿y tú? ¿Eres el vecino de al lado?

- Sí, me llamo Jorge. Encantado y gracias. Adiós - dijo despidiéndose con la mano.

- Adiós.

Entré a casa. Jorge, mi abuelo también se llamaba así. Me preparé un zumo de naranja para recuperar fuerzas. Recibí un mensaje de mi tío, hoy tenían mucho trabajo y quizás llegarían sobre las diez, otro de Raúl diciendo que vendrían en una hora y otro de Melania para que mirase el grupo. En él no callaban aunque apagase el móvil.

- ¿Qué ocurre en el grupo?

- Estaban pidiendo deberes, o sea que los pasemos y me he cabreado porque me obligan a pasárselos y a ti también te dicen cosas.

- Da igual, que aprendan a hacerlos solos.

 Mel

- Yo. 

- ¿Hay alguien en nuestro curso que se llame Jorge? - le pregunté.

- Mm, sí. Uno que va a la D. ¿Por qué lo preguntas?

- Es que es mi vecino, y bueno...

- ¡Ay que te me enamoras! - dijo en un audio - pero, hay un problema. Es el hermano de JJ.

- ¿Me estás diciendo que tengo a un cabrón como vecino?

- Pues... Sí. Pero tranquila, porque yo conozco a Jorge y no se parece en nada a JJ.

- Oye, ¿a qué os referís en JJ?

- Juan José.

- ¡¿Enserio?!

- Sí.

- Pensaba que sería un mote por alguna cosa, pero que se llame de verdad Juan José y sean sus iniciales del nombre no me lo creía. Anda, que los padres, les gustaba la J. 

Reí al darme cuenta de eso. Encendí el ordenador y empecé a hacer algunos deberes por adelantado. A la media hora de haberme puesto sonó el teléfono fijo.

- ¿Diga?

- Hola, soy Bruno. ¿Eres tú Ari?

- Sí, ¿Qué pasa?

- ¿Quieres quedar conmigo para hacer un paseo?

- Oh, te diría que sí, pero acabo de venir de correr. Mañana a partir de las 4 podemos hacer uno, si quieres.

- Bueno, pues si estás cansada, podría ir a tu casa.

- También, vente y miramos una peli, o si quieres aburrirte hacemos los deberes de Mates.

- Me parece bien. ¿Has visto 7 almas?

- Me suena mucho, pero no la he visto. Ahora la busco por internet.

- Vale, vengo en 20 minutos.

- De acuerdo.

- Adiós. - dijimos a la vez.

Bruno POV

«He tenido bastante suerte de que lo haya cogido ella, y ahora vamos a ver una peli juntos.» Me dije a mi mismo que quizás no ocurriría nada, pero y si... Bah.

Me puse mis Vans y me dirigí a su casa. Cuando llegué, toqué el timbre y esperé. Me sonaba la casa de al lado. ¡Claro! Era la de Jorge y Juan, él se merecía más de una hostia. Jorge en cambio era friki, leía mucho y era simpático. No había salido con nadie en su vida y este verano nos lo pasamos muy bien en el campamento.

La puerta se abrió y me sacó de mis recuerdos, Ari iba con unos pantalones cortos negros y una camiseta naranja. Seguro era la ropa de correr, y le marcaban sus curvas. La había visto una vez durante la recogida de libros en el instituto y hubo algo en ella que...Me enamoró.

Me saludó con un beso en la mejilla y me invitó a entrar. Era una casa acogedora, y un poco pequeña pero estaba muy bien decorada. Fuimos a su habitación y cogimos el ordenador. Nos quedamos en una habitación un poco más grande que otras, había una pared blanca y un proyector pequeño. Conectó el ordenador al éste y lo encendió. 

- ¿Me haces un favor?

- Dime.

- Ves a preparar las palomitas que están en la cocina.

- Vale, ahora vuelvo.

Me lo agradeció y fui hacia a ella. Eran palomitas dulces, qué coincidencia que fuesen mis favoritas. Las preparé y volví a la sala de cine, o lo que parecía ser eso.

- Ya está todo listo.

Nos sentamos en la alfombra que había en el suelo y sustituía cualquier sofá. A media película me lancé y la besé.





IDIOTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora