Capítulo 3

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Angelina se encaminaba a la escuela después de que su padre le recordó, como todos los días, que no debía hablar con absolutamente ningun ente viviente. Y ella debía estar de acuerdo, pero no estaba de acuerdo. Siempre hay excepciones. Y ella tenía la suya, que aplicaría a su debido tiempo. Caminó los 25 minutos a pie que hay desde mi casa hasta la escuela. Y el día transcurrió como todos los anteriores. Evitó a Troy en la mañana. Taylor ahora la evitaba a ella y Tyler prefería estar con Troy, así que tenía a dos fuera del camino. Su verdadero miedo, era lo que podría hacer Troy. Y cuando lo haría. Y como la haría. El porqué lo tenía claro.

Y ella lo esperaba con ansias, aunque no debía hacerlo.

Tomó las todas sus clases. Ya en la última clase del día, esperaba que no tocara el timbre, era lo que más odiaba: el fin de las clases cada día y los fines de semana.

¿Por qué?

Porque debía quedarse en casa.

Prefería un millón de veces estar todos los días sentada en una silla oyendo las monótonas clases que pasar dos minutos en su casa.

Tocó el timbre. Se desperezó y se volvió para recoger su mochila.

Solo que ya no estaba.

Miró por todos lados. Bajo la mesa, en cada esquina del aula, por delante, por detrás. Pero no la hayó por ningún lado. Se pasó una mano por el cabello. Estaba segura de haberla dejado junto a su asiento. Así que alguien se la tuvo que haber llevado sin que se diera cuenta.

¿Quién se sentó detrás de ella?

Salió del aula después de revisarla a fondo. Buscaba por todos los pasillos. Cada esquina, cada aula, la cafetería, el gimnasio, el patio. Por ningún lado. Se rindió y decidió reportarlo a la dirección el día siguiente. Bajaba por la escalera cuando alguien la llamó.

-Angie.-el corazón se le disparó a mil. Miró alrededor y ahí estaba al pie de la escalera, sosteniendo su mochila.

***

Troy sabía que buscaría en toda la escuela, pero que nunca se le iba a ocurrir que hubiera sido él, ni que estuviera aquí, en la escalera. Angelina estaba paralizada, y como no tenía intención de moverse, según observaba, fue él que se movió hacia ella. Y, por primera vez en días, sus miradas coincidieron.

-¿Podrías devolverme mi mochila?-le preguntó tan fríamente que le dolió. No esperaba que esas fueran las primeras palabras en tres meses que le dirigiera, pero había logrado su cometido: Angelina le había hablado primero.

-No.-respondió atravesándola con su mirada.

-Solo dámela, Troy.-dijo entre dientes.

-No hasta que respondas mis preguntas.

-Bien.-bufó.

-¿Por qué lo hice?

-¿No es obvio?

-Pero quisiera verlo desde tu punto de vista.

-Querías hablar conmigo, a solas. No habías tenido oportunidad porque no te la daba. Tomaste mi mochila para que no pudiera marchar sin hablar contigo.

-¿Porqué a solas?

-Porque en horas de clase sabías que huiría y no me perseguirías, porque parecerías un acosador si me perseguías a todos lados.-tal vez no la perseguía como un acosador, pero si la asechaba como uno, Tyler era testigo de ello.

-¿Por qué quiero hablar contigo?

-Para que te explique porqué te he ignorado todo este tiempo.

"Luz en la oscuridad"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora