7. El pintor.

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Narra Samuel.

Respiré profundamente mientras contemplaba la entrada del parque como si estuviera esperando a que algo saliera de un banco y me diese tal golpe que me dejara inconsciente o a que cayera una bomba directamente hacia mi posición, obviamente nada de esto ocurrió, tan sólo estaba yo, ahí pasmado como un complete imbécil mirando el bendito parque.
¿Cómo es posible que yo visitara este mismo parque cada noche en mis sueños desde hacía años y no tuviera ni idea de que existía realmente?
Pero, eso no era lo más inquietante... No... Lo que me ponía más nervioso de todo era que Guillermo lo había escogido, de todos y cada uno de los malditos parques de Madrid, Guillermo escogió este, el parque de mis sueños.

Me acerqué a una de las ocho entradas de este, era un realmente bonito, contaba con una fuente gigante en el centro de él de la que salían ocho calles que daban a las ocho enormes entradas diferentes y a su vez, de estas calles salían otras calles que conectaban las unas con las otras.
En las zonas donde ni había calles ni la plaza central del parque un césped verde como la lima no brillaba gracias o por la culpa de los inmensos árboles y palmeras que en él habían crecido, había unos tres tipos de árboles: palmeras, naranjos agrios y unos arboles de excesiva estatura (que hacían que la luz no llegase lo suficientemente bien al parque) que no supe reconocer.
La plaza del centro, donde se hallaba la fuente, estaba rodeada por bancos, en mis sueños este parque siempre estaba vacío, pero hoy... Había ancianas sentadas en los bancos que alimentaban a las palomas, niños correteando perseguidos por sus madres, adolescentes que acababan de salir de sus institutos, gente yendo y viniendo de aquí para allá, unos más rápido, otros en grupo, otros solos...
Por primera vez en años veía este parque con otros ojos, ya no era el parque al que iba todas las noches a llorarle a mi novio imaginario, este parque estaba verdaderamente vivo y, por fin, podía apreciar su belleza.

Caminé por una de las calles principales hasta la plaza central y me senté en un banco cercano a la fuente, esperando a mi "cita"
No pasó mucho tiempo hasta que vi a lo lejos su inolvidable silueta acercarse hacia mí con  una sonrisa de oreja a oreja que hacía que sus ojos desaparecieran.
Cada vez se acercaba más al banco, su sonrisa no desaparecía. Cuando estuvo lo suficientemente cerca le saludé.

- Hola Guillermo.- Quizás un poco seco pero, seamos seamos sinceros, nos conocemos desde hace dos días.
- Hola Samu.- Me levanté hasta que mis ojos estuvieron más o menos a la misma altura que los suyos.- ¿Que quieres hacer?
- Pues...- La verdad no lo había pensado.- ¿Qué te parece si damos un paseo por el parque? Al fin y al cabo no tenemos nada mejor que hacer.- La verdad era una muy buena excusa, para una vez en la que se me ocurre algo bueno.
- Me parece bien, así nos conocemos mejor, por cierto, me estoy releyendo tu libro.
- ¿Enserio?- Me hacía mucha ilusión.- Pues.. Pensé en lo que me dijiste y... Creo que voy a retomar eso de escribir.
- ¿Sí? ¿Y sobre qué irá el nuevo libro?- Vaya, ahí me ha pillado desprevenido.

Miré hacia el cielo cubierto de hojas verdes de los altísimos árboles meditando mi respuesta, como esperando que me cayera del cielo. Finalmente le miré a los ojos y suspiré mientras respondía.

- Va sobre un chico... Un chico que es... Pintor y... Y un día su mujer y su hija mueren en un accidente de coche, entonces el pintor entra en una gran depresión, deja de pintar e intenta suicidarse pero... Esa misma noche tiene un sueño extraño, una chica, Gabriela, le consuela en un parque mientras el lloraba a mares. Entonces desde esa noche todas y cada una de las noches el pintor soñaba con Gabriela, soñaba que eran novios y, aunque el pintor sufría por la muerte de su anterior esposa, Gabriela era como esa chispa de esperanza que le mantenía atado al mundo real.- Guillermo me miraba con ojos expectantes.- Pero entonces, un día el pintor se encuentra con Gabriela en la vida real, pero ella no le reconoce se nada, entonces su mundo da un giro de 360º, decidiéndose entre la Gabriela real o la ficticia.- Terminé.

Guillermo no paraba de mirarme.

- ¿Cómo se llama el pintor?

- Manuel, se llama Manuel.

- ¿Y qué pasa al final?-Le miré directamente.

- Esa, amigo mío, es una muy buena pregunta.

[...]

<<Una vez más me dejo llevar al mundo de mis sueños, donde ahora todo es diferente, cada vez confío menos del que una vez fue mi soporte y mi ayuda para continuar en esta vida, el Guillermo de mis sueños. Haberme encontrado con el en la vida real me hacía darme cuenta al fin de que esto no era más que, pues eso, un sueño...
Se acercó a mí como siempre, el parque volvía a estar desierto, lo que me causaba un nudo en la garganta y una sensación de agobio molesta. Era de noche y la luna no se dejaba ver por culpa de todas las ramas que cubrían el cielo.
- ¿Cómo estás cielo? ¿Quieres dar una vuelta?- Me dijo en cuanto se acercó lo suficiente.
- Estoy... Estoy bien, vamos a dar una vuelta.
Me levanté y me acerqué hasta el, pero no le besé, no le di la mano, no le abracé, tan sólo anduve unos pasos a su lado, tenía la sensación de que todos los besos, todas las caricias y todo lo que hemos vivido durante todos estos años eran tan sólo mentiras.
A los dos minutos de estar andando sin decir una sola palabra se acercó más hacia mí y me agarró de la cintura y yo, casi por inercia, le aparté los brazos de mis caderas.

- ¿Se puede saber qué te pasa?- Me dijo mientras me miraba enfadado.

- Yo... No sé, estoy cansado...

- Pues vamos a sentarnos.

- No, no quiero sentarme.

- Pero si se supone que estás cansado.

- Bueno, pero quiero seguir andando.

- Pues yo sí que estoy cansado, estoy cansado de este tipo de jueguecitos, venga, vámonos por allí.- Dijo mientras se acercaba a mí peligrosamente, con las manos sobre mi nuca y sus labios a punto de rozar los míos. Tenía que hacerlo, no quiero que nos enfademos, puede que este chico no sea real, pero ha sido mi ayuda más grande durante años así que, le besé.>>

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Holiwis! Como veis a mí (Ana) me gusta actualizar a tiempo, y no miro a nadie... CRIS >:c JAJAJAJ tkm. Bueno, espero que os haya gustado este capítulo, estamos muy emocionadas por cómo se está desarrollando esta historia :>

Ana.

No quiero despertar - WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora